El delantero Gabriel Batistuta aseguró ayer que no tuvo intención de golpear con el codo al defensor de Reggina Ivan Franceschini, en una polémica acción que no fue no vista por el árbitro Massimo De Santis el pasado fin de semana.
“Si hubiese querido golpearlo, realmente podría haberle provocado daños grandes, pero él siguió de pie”, señaló Batistuta, mientras le mostraban las imágenes de la infracción. “A mí también me impresiona verlas, pero fue un gesto instintivo carente de mala intención, cometido mientras extendía el brazo izquierdo”, se defendió el goleador.
El codazo de Batistuta generó una gran polémica en Italia, ya que la prensa local considera que el Tribunal de Disciplina de la Federcalcio debe aplicar la llamada “prueba televisiva”, que el reglamento prevé para aquellas agresiones que escaparon a la evaluación del árbitro, como sucedió en Inter-Reggina. Sin embargo, para Batistuta se trató de una simple acción de juego, “como tantas que se producen en todos los partidos”.