DEPORTES › RIVER SE IMPUSO 2-1 A NEWELL’S EN EL MONUMENTAL
Con los primeros dos tantos oficiales en el club de Caruso, el reemplazante de Pavone, el conjunto de Juan José López superó a los rosarinos, que anotaron a través de Sperdutti y sufrieron las rojas de Schiavi y Bieler.
River consiguió liberar la tensión acumulada y los gritos ahogados en las últimas semanas. Con dos goles de Leandro Caruso, el equipo de Juan José López quebró una racha de tres partidos sin ganar, al derrotar 2-1 a Newell`s en el Monumental. Así, se mantuvo a tres unidades del puntero Estudiantes y se alejó a seis de Huracán en la lucha por no descender.
El arranque fue ciclotímico, con ambos equipos cediéndose el dominio del trámite. River inclinó levemente la cancha con la sociedad Lanzini-Lamela y explotó las bandas, pero Newell’s le planteó un partido de igual a igual. El conjunto de López se hizo fuerte a la hora recuperar en el mediocampo, aunque con mucha tibieza en el frente de ataque y desacoplado en defensa, al límite en cada cierre y con problemas en las salidas.
Sin embargo, Caruso, que había estado intermitente, se encargaría de torcer la historia. Cuando el local pasaba por su peor momento, Pereyra atoró a Schiavi y el rebote le quedó al delantero, quien definió con categoría ante la salida de Peratta. De esa manera, el ex Vélez marcó su primer gol oficial en el club de Núñez y rompió una larga sequía sin convertir (la última vez había sido el 23/11/2009, ante Racing). Pero la ventaja riverplatense se esfumó rápido, cuando Sperdutti recibió de Bieler y sacó un latigazo preciso, pegado al palo de Carrizo.
Con el encuentro empatado, Newell’s entendió que el negocio estaba en dejar de contragolpear, para aprovechar el descontrol de River y buscar la victoria cerca del arco rival. Pero el local volvió a golpear cuando no encontraba el rumbo, luego de que Caruso aprovechara un centro de Ferrari y un posterior tropezón de Lema. El final fue de mucha emoción, con Peratta parado casi en posición de volante central y una catarata de chances desperdiciadas por parte de River, un equipo de momentos, carente de continuidad y plagado de incertidumbres. A pesar de que no pasó la prueba de carácter y padeció un final con sobresaltos, la victoria desató el delirio que tanto extrañaban sus hinchas.
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