Con mucha prolijidad se presentó ayer la tercera edición de la Copa AT&T. Luego de que el certamen estuviera en duda hasta hace dos meses por las dificultades económicas, los organizadores apostaron fuerte y todo indica que será la mejor versión desde que se disputa el torneo. Con un 60 por ciento más de entradas anticipadas vendidas que el año pasado y un 20 por ciento por encima de lo ocurrido en 2001, las previsiones son muy satisfactorias. En el turno de la tarde, las tribunas aparecieron bastante despobladas, pero ya por la noche, con la presencia de David Nalbandian y el duelo criollo entre Guillermo Coria y José Acasuso, el court central contó con más de tres mil personas.
En cuanto a la puesta en escena, el Buenos Aires Lawn Tennis lució muy bien, con más de quince stands de empresas patrocinantes y un gigantesco patio de comidas. Un acierto de la organización fue la redistribución del sitio, que permitió que la gente circulara con más comodidad que en los años anteriores. Una de las personalidades que prestigió la jornada fue Guillermo Vilas. El mejor jugador argentino de todos los tiempos se mostró acompañado por su novia tailandesa y siguió con mucha atención los partidos de Mariano Zabaleta y Franco Squillari. Durante los partidos charló con el brasileño Fernando Meligeni y con el ex coach de David Nalbandian, Gabriel Markus. Cuando Squillari ya tenía encaminado su triunfo en el tercer set, Willy optó por retirarse junto a su compañera.
También estuvo presente el piloto de TC 2000 Esteban Tuero. El ex corredor de Fórmula Uno, un declarado admirador y concurrente habitual a los espectáculos tenísticos, vino a ver en acción a su amigo Mariano Puerta, pero parece que no miró bien el fixture. Ya estaba en el Buenos Aires cuando se dio cuenta de que el cordobés recién debutará esta tarde ante Gastón Gaudio. Ante esa situación, disfrutó un rato de los partidos de ayer y luego se retiró con la promesa de retornar hoy.