Por Daniel Guiñazú

Vuelve Mike Tyson. En el mismo lugar (el estadio The Pyramid de Memphis, Tennessee) donde el 8 de junio del año pasado Lennox Lewis lo demolió en ocho rounds, el Hombre de Acero tratará de parecerse al que alguna vez fue enfrentando a diez rounds a su compatriota Clifford Etienne. La pelea será televisada en directo por TyC Sports desde las 24 y, siTyson gana, el desquite con Lewis por el título del mundo se hará realidad, posiblemente, el 21 de abril.
La gran incógnita, como siempre, pasa por comprobar el estado de Tyson. El ex bicampeón mundial de todos los pesos (que ayer pesó 102,300 kg) estuvo a punto de cancelar el combate por una supuesta bronquitis que podría haber sido la coartada perfecta para disimular una deficiente condición física. Pero el martes se levantó de la cama y les dijo a su actual entrenador, Freddie Roach y a su manager, Shelly Finkel, que había decidido presentarse. Y lo hizo en público con una novedad: un curioso tatuaje sobre el costado izquierdo de su rostro. En el ambiente del boxeo internacional, se dice que Tyson está en desacuerdo con la bolsa que cobrará (de 5 a 10 millones de dólares) y que debió transigir porque la cadena Showtime, dueña de los derechos de televisión de sus peleas, lo amenazó con rescindirle el contrato y privarlo de la revancha con Lewis, la única razón que mantiene a Tyson en el boxeo a los 37 años. Además, debe pagarle a su segunda esposa, 6,5 millones de dólares por el juicio de divorcio que perdió y le complicó, todavía más, su situación financiera.
Etienne, que tiene un récord de 24 triunfos, 17 por nocaut, 1 empate y 1 derrota y un peso de 101 kilos exactos, no da la impresión de estar en condiciones de complicarlo a Tyson. Amenazó con negarse a pelear, ofendido por el desaire del Hombre de Acero, pero la posibilidad de cobrar un millón de dólares y de dar un batacazo memorable, lo devolvieron al cuadrilátero, de donde espera no tener que bajarse demasiado rápido.