DEPORTES › ARRANCó LA ERA DJOKOVIC
› Por Sebastián Fest
Desde Wimbledon
El tenis masculino entra en unas vacaciones expectantes y en meses turbulentos, porque por primera vez en casi ocho temporadas sus dos “dueños” coinciden en la confusión. Y la culpa de todo es básicamente del serbio Novak Djokovic. Es el final de un período casi eterno, 387 semanas entre el 2 de febrero de 2004 y el 4 de julio de 2011. En ese lapso, el más largo en la historia dominado sólo por dos jugadores, el número uno estuvo siempre claro: o la “R” de Roger Federer o la “R” de Rafael Nadal. Desde ayer, el ranking de la ATP confirmó que ya no es así.
“Lo importante no es quién es el uno a esta altura de la temporada, sino quién lo ostenta al final del año”, dijo el estadounidense John McEnroe, que del tema de qué es un “uno” sabe bastante. Pero si los resultados siguen así, quien mandará a fin de año será, claramente, Djokovic, ganador de 48 de 49 partidos y de ocho títulos esta temporada.
Nadal no se imagina otra cosa que un “Nole” como número uno de 2011. “Desde enero ha comenzado otra época. Ha ganado todo”, remarcó el español. “No veo ninguna razón para que no vaya a ser el número uno, nada me lleva a pensar que ahora vaya a perderlo todo, será número uno merecido”, agregó Nadal.
Mientras los grandes del tenis aprovechan el verano europeo para recuperar energías y ordenar ideas, las preguntas estarán ahí. ¿Ganará Djokovic también el US Open para dar forma a una temporada como la de Nadal en 2010, con tres títulos de Grand Slam? ¿Encontrará Nadal, ese hombre cuya mente domina(ba) a todos, una salida al “complejo Nole” que está sufriendo? Perder cinco finales en cuatro meses con el mismo jugador es algo que no le sucedió en su vida. Y las perdió en polvo de ladrillo, cemento y césped. ¿Podrá Federer luchar otra vez por un grande? El suizo tiene un complejo con Nadal, pero éste lo tiene con Djokovic, al que el seis veces campeón de Wimbledon sin embargo sí derrotó este año rumbo a la final de Roland Garros. Su problema, en todo caso, pasa por el hecho de no ganar un Grand Slam desde enero de 2010 en Australia.
En los próximos cuatro meses, entre agosto y noviembre, el tenis se jugará el nombre de su rey. Nadal defiende 4220 puntos y Djokovic, 3390. Los rivales del domingo en el césped del All England quizá se encuentren cara a cara nuevamente el domingo 11 de septiembre, en el décimo aniversario de los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono. La cita sería entonces en el cemento de Nueva York, en el mismo estadio central de Flushing Meadows que vio a Nadal derrotar a Djokovic el 13 de septiembre de 2010 para convertirse en uno de los siete hombres en la historia capaces de ganar al menos una vez los cuatro grandes.
Boris Becker, tricampeón de Wimbledon, meta en la que fracasó Nadal el domingo, no sabe qué sucederá desde ahora y hasta el final de la temporada, pero tiene claro que el español es demasiado especial. “Tiene una determinación como no le vi nunca en mi vida a un jugador. Quizá Borg, sólo Borg...”.
Becker no exagera, pero también está admirado con Djokovic: “¡Vean sus números este año! Y su única derrota no fue con cualquiera, sino nada menos que con Roger Federer”. Las cosas ya no son lo que eran. Djokovic, el nuevo factor de poder del tenis, está haciendo repensar lo que en los últimos siete años todos veían claro como el agua. Las vacaciones de las dos “R” no serán precisamente de rélax.
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