Desde Santa Fe

Uno de los exponentes más exitosos de la Generación del ’86 a nivel de entrenadores, Nery Pumpido, fue de los últimos en dejar el estadio de Colón, el miércoles por la noche. Campeón con Olimpia de la Copa Libertadores del 2002, el ex arquero de Unión y River fue comprensivo con el rendimiento del seleccionado.

–¿Cómo vio el juego de la Selección en este segundo partido de Copa América?

–La verdad es que no jugó bien. Aunque por momentos intentó imponer su fútbol, en general creo que el partido le costó. Por otro lado, hay que destacar el mérito de Colombia, que creo hizo un muy buen partido y le cerró bien los espacios en el fondo. De todas maneras, ahora hay que pensar en lo que viene. Y ojalá que pueda ganar frente a Costa Rica y, si se le dan los otros resultados, clasificarse como primera del grupo.

–Con su experiencia en el arco de la Selección, ¿no cree que con este sistema de juego, que obliga a los marcadores laterales a pararse casi en el mediocampo, el equipo arriesga demasiado atrás?

–No, porque los tres jugadores del medio son jugadores de contención que es una forma de cuidar ahí el medio. Por ahí falta, lógicamente, un poco más de trabajo. Pero, repito, hay mérito de Colombia, que esperó y salió a contraatacar y ahí encontró los espacios para complicar a la defensa. Lo que no le pasó precisamente a la Argentina, que no encontró los caminos para romper la defensa colombiana.

–¿En qué aspectos del juego cree usted que tendría que mejorar la Selección?

–Primero, creo que tiene que tener más juego. Y después, por lo visto en el partido, a lo mejor tendría que tener muchos más cambios de frente, ya que tiene a un jugador como Lavezzi por afuera, que es rápido. Son cosas que uno tiene que corregir y trabajar, cosa que no se pudo hacer.

–¿Son entendibles para usted los silbidos de la gente al final del partido?

–No. La verdad es que no. Creo que falta todavía mucho en el torneo y que hay que darle tiempo al equipo para que mejore. Entiendo sí que la gente del fútbol, lógicamente, es muy exigente, como en todos lados. Pero los jugadores siempre dejan todo en la cancha.