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› CON CUATRO FECHAS DEL TORNEO CLAUSURA YA JUGADOS
Para candidatos, los de siempre
Racing se mantiene en la punta, pero Boca y River ya están al acecho. Aunque los dos equipos en los que más se confiaba antes del arranque, San Lorenzo e Independiente, han resultado una decepción. En el fondo de la tabla ya se mueven los bancos.
“Es un error hablar de candidatos al título cuando se llevan jugadas recién cuatro fechas”, decía el domingo el entrenador de River, el ingeniero chileno Manuel Pellegrini, pero enseguida se prendía al tren de la conquista: “Aunque ahora estamos a tres puntos de los líderes en lugar de cinco”, aclaraba inmediatamente después.
Es cierto: se han disputado sólo cuatro jornadas de un campeonato de 19, pero esos 360 minutos jugados –en algunos casos, como el de River, más de 360– representan el 20 por ciento del Clausura. La quinta parte, si se quiere. Y si no es tiempo de hablar de candidatos, al menos es posible echar un vistazo sobre los equipos que amagan con cumplir un papel protagónico en el torneo. Y resulta que, entre ellos, figura River. Y también Boca. Y por supuesto Racing. Tres de los cinco equipos considerados grandes del fútbol argentino, habida cuenta de que el presunto sexto, Huracán, está, con el promedio por el suelo, más cerca de la cárcel que de la gloria.
Los protagonistas, en todo caso, nunca quieren decir nada por miedo de quedar como prisioneros de sus propios prejuicios. Por eso, Osvaldo Ardiles se abonó a la teoría del “paso a paso” lucubrada por su antecesor Reinaldo Merlo, ahora que Racing arrancó sin patinar –y habría sumado puntaje ideal de no haberle tenido tanto respeto a su tradicional rival de Avellaneda– y se mantiene en la punta del Clausura. Con apenas cuatro fechas jugadas, si se quiere, o con el 20 por ciento del torneo ya consumido.
Por esa misma razón, Carlos Bianchi eligió avisar ayer que Boca “todavía no ganó nada, esto recién empieza”. Pero Boca y lo mismo River se recuperaron después de un comienzo tambaleante y quedaron dentro del círculo de inclusión de la punta, a menos de tres unidades de los líderes Racing y Central. Siendo los dos equipos más grandes del fútbol argentino, quedar a tan poca distancia (en términos relativos o absolutos) de la vanguardia del campeonato, y pretender que no se los contemple como candidatos, podría significar: a) no comprender la esencia del fútbol argentino o b) subestimar a los seguidores. Pero lo más probable es que sea c) mantener la boca cerrada. No despistarse con las declaraciones triunfalistas, que suelen parecer enfrentadas con la idea del trabajo minucioso y detallado que deben enarbolar los entrenadores modernos. Ir, bah, paso a paso.
Después de todo, lo que ambos equipos consiguieron fueron, apenas, dos victorias consecutivas. Después de haber caído ante Unión y Vélez, respectivamente, Boca planchó a Banfield y a Estudiantes, y River atropelló a Colón y a Chacarita. Pero es que mucho más que dos triunfos en seguidilla no pudieron haber construido dado que, como bien apunta Pellegrini, sólo van cuatro partidos. Sin embargo, son más que lo que hicieron San Lorenzo e Independiente, los marginados de este convite.
En la dinámica de lo impensado que resulta el fútbol, aún este fútbol utilitario y calculador alejado de la belleza estética, las conclusiones terminantes suelen quedar en orsai en pocas fechas. Eso es lo que podría decirse de uno de los sofismas acuñados durante la pretemporada, ese que establecía que San Lorenzo e Independiente eran los equipos con más chances en el Clausura porque eran los dos únicos grandes que no debían someter a su plantel a un doble desgaste (torneo oficial + Libertadores).
Acaso por la razón opuesta, porque Racing, Boca y River se mantienen en perpetuo movimiento sin chance de bajar la guardia, es que están mucho más arriba que el equipo de Boedo y el actual campeón, que todavía no pudieron ganar en el Clausura. El empate ante Banfield prolongó la sequía de victorias del equipo de Insua, que no gana desde que goleó 4-0 a Huracán en noviembre, aunque el empate contra Racing mitigó las penas en el bunker del plantel que dirige Américo Gallego. “Si perdíamos el clásico, nos íbamos a enterrar más aún. Por suerte se empató y eso, considerando cómo veníamos, fue bastante positivo”, dijo Lucas Pusineri, uno de los referentes del equipo. “Todavía no logramos encontrar el funcionamientodel campeonato anterior”, aceptó Pusineri, lo que hace suponer que acaso con más partidos (los de la Libertadores que no juega) podrían haber acelerado la búsqueda.
Se dirá, en el estilo Pellegrini, que falta tanto por jugar (15 partidos, o 45 puntos, o casi cuatro meses) que hay espacio como para que ambos equipos se recuperen. Pero para eso necesitan que los punteros pierdan puntos y eso, se sabe, en el código futbolero de “todos los partidos son finales” suena a pecado mortal. Ayer lo sostuvo, sin saberlo, el arquero de River, José María Buljubasich: “No podemos perder o empatar porque estamos a tres puntos de los punteros. No hay margen. Debemos ganar los próximos partidos para estar prendidos bien arriba”.
Porque, como todo el mundo sabe, el campeonato ya empezó hace rato.
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