Independiente sigue sin despegar en el Clausura. Tras cinco partidos, el campeón no ha conseguido ganar, y aunque sumó su segundo empate y dejó el fondo de la tabla, su anfitrión, Newell’s, fue superior y mereció la victoria.
La supremacía de Newell’s fue desmentida durante unos minutos en el resultado, pero no debe ser puesta en duda. Con mayor dinámica que el visitante, los rosarinos dispusieron de las mejores oportunidades de gol, crearon los mejores momentos de fútbol asociado y, salvo las infortunadas acciones que derivaron en los tantos de Independiente, controlaron el partido. Esa superioridad se había visto reflejada en el marcador a la media hora de juego, cuando Silvani generó la jugada que significó el 1-0: un remate bajo fue rechazado por Leo Díaz, y el ex River, tomando el rebote, habilitó a Domizi, quien, a la carrera, sacó un zurdazo formidable que se clavó en el arco.
La belleza de la combinación se vio opacada por la que desembocó en el empate, cuando los volantes de Independiente no volvían y miraban a sus rivales. La inició Marino a la izquierda, Silvani tocó de espaldas al arco hacia Domizi, quien habilitó a Rosales: el puntero disparó de derecha, y la pelota entró cerca del travesaño. Ese gol anuló la sorpresa que significaron los dos desgraciados tantos del visitante. Tras un centro de Insúa, Sebastián Domínguez “anticipó” a su arquero Palos, que salía, y con el pecho la mandó al fondo de su arco; diez minutos más tarde, un doble cabezazo de Silvera y Pusineri en el área chica de Newell’s no pudo ser retenido por el arquero e Independiente pasaba a ganar. No hubiera sido justo, como no lo fue el empate.