1 Golazo I. El de Battaglia, el 2 a 1, fue el gol clave en el desarrollo del juego. Nació en una aparición sorpresiva de Clemente Rodríguez, el mejor jugador de su equipo, y terminó espectacularmente. El Chelo Delgado, por el andarivel izquierdo, se la dio al lateral que le había pasado por un costado y desarmó al fondo de Belgrano. Clemente tiró el centro pasado hacia la derecha, el pibe Carreño bajó la pelota de cabeza, retrasándola hasta la línea del área grande y Battaglia la empalmó como venía, de zurda, clavándola contra el palo izquierdo de Olave. Espectacular por la velocidad, la sencillez y la precisión. Tabárez dice que juega Forchetti porque Martínez pasa bien al ataque, pero tiene poca marca. Pero además el técnico sabe que tiene buena salida por el lateral izquierdo con Rodríguez, que está agrandadísimo. “Con uno solo que se vaya, me alcanza”, dice en la intimidad en el entrenador. Por ahora, le sobra.
2Golazo II. El tercero de Boca. Otra vez en un arranque por la izquierda, otra vez con participación decisiva de Clemente Rodríguez. El lateral puso marcha atrás para cortar un ataque de Belgrano y desde su propio campo empezó a volar por el costado. Debe haber hecho cincuenta metros en cinco segundos hasta que se juntó con Delgado y finalmente lo dejó solo al pibe Carreño, cara a cara con Olave. El verdugo de River en el recordado 4 a 0 de Mar del Plata definió con tranquilidad y pareció que cerraba todo, pero al partido todavía le quedaba hilo.
3La falsa comodidad. Daba la impresión de que todo se iba a cerrar con el 3 a 1 que convertía en gemelas las victorias de Boca y River (mismo marcador, contra equipos cordobeses, con 10 jugadores), pero el árbitro Martín no quiso saber nada y cobró como penal un choque en el área entre Burdisso y Desagastizábal. Lo tiró Brusco, a la izquierda de Abbondancieri, que se movió hacia el otro palo con la suficiente anticipación como para que nadie dudara de que esa pelota iba a terminar en la red. Tres a dos y faltaban 9 minutos. Boca mostró entonces que la supuesta comodidad con la que ganaba se podía desmoronar. ¿Será un anticipo de su producción en este torneo?
4Más susto que otra cosa. En el puñadito de minutos que le quedaban al partido entre el 3 a 2 y el final hubo algunos centros que cayeron en el área boquense que provocaron terror. Abbondancieri, pese a su experiencia, no da demasiadas garantías y es por eso que los hinchas tiemblan cuando presiona el rival. La televisión muestra, mientras tanto, las espectaculares atajadas de Córdoba en el Perugia y crece la sensación de que se va a extrañar mucho al colombiano.
5Cabezazo I. El primer gol del partido lo hizo Obolo de cabeza, tras un corner desde la izquierda que tiró Desagastizábal. Obolo le ganó en el salto a Crosa y cabeceó con violencia al medio del arco, a un costado de Abbondancieri que no pudo levantar al corner como pretendía. En descargo del arquero hay que marcar que cinco minutos después se mandó una espectacular atajada desviando un cabezazo terrible de Obolo, más difícil que el anterior.
6Cabezazo II. Fue el 1 a 1 y le dio razón al viejo axioma: dos cabezazos en el área es igual a gol. Tiró un corner desde la izquierda el Chelo Delgado, peinó Battaglia y Crosa le dio de manual, de cabeza hacia abajo, sin dejarle ninguna posibilidad al arquero de Belgrano. Fue muy importante ese gol para Boca porque se pudo ir al descanso con la posibilidad de barajar y dar de nuevo. Crosa respondió a lo que de él se espera: que también haga su aporte en el área rival, como lo hacía Bermúdez.
7La expulsión de Traverso. Por doble amarilla, Traverso se fue expulsado cuando Boca ya estaba 0-1 contra y quedaba un tiempo y medio por jugarse. La segunda amonestación dejó algunas dudas porque queda la sensación de que Traverso intentó jugar la pelota y no golpearlo a Desagastizábal, como finalmente ocurrió. La primera impresión fue que Belgrano se iba a aprovechar de la ventaja numérica (tuvo una clara situación de gol sobre el pucho), pero no ocurrió nada de eso y, por el contrario, en algúnpasaje del segundo tiempo pareció que Boca era el que jugaba con 11 y Belgrano, con 10.
8La manija de Gaitán. Es cierto que casi siempre le faltan cinco pa’l peso, es cierto que desperdicia algunos mano a mano (sobre la hora quedó cara a cara con Olave y le tiró a las manos), pero también es innegable que, a falta de Riquelme, quien más se le parece es Gaitán. Pese a los altibajos, Gaitán fue junto con Battaglia y Clemente de lo mejorcito de Boca. Queda una incógnita: ¿por que Tabárez no se anima a jugar con los dos en tándem?
9Los nervios de antes. Sin Riquelme, que está en Gales con la Selección Nacional, y sin Guillermo Barros Schelotto, marginado por anginas el sábado a la noche y reservado para el partido por la Copa Libertadores contra el Santiago Wanderers, el equipo de Tabárez iniciaba un nuevo torneo como visitante en Córdoba ante un rival que le había ganado 3 a 1 en la primera fecha del campeonato anterior en Buenos Aires. No estaban todas a favor.
10 La tranquilidad de después. El Maestro Tabárez expresó públicamente su satisfacción por la victoria, y no era para menos. Jugando casi una hora con diez, el equipo respondió, mostró buen juego en algunos fragmentos y volvió a dejar claras sus variantes de ataque. La tranquilidad se puede alterar un poco cuando se piensa en cierta fragilidad en el arquero y en la línea de fondo. A San Lorenzo, la semana próxima, no le deberá dar ventajas si quiere ganar.