Francia y Gales se convirtieron ayer en los primeros semifinalistas del Mundial de Rugby de Nueva Zelanda 2011, tras vencer respectivamente a Inglaterra e Irlanda. Los otros semifinalistas salían de los partidos que disputaban en la madrugada de hoy el seleccionado argentino de rugby, Los Pumas, ante los All Blacks (desde las 4.30 hora argentina), en Auckland -equipo al que nunca le pudo ganar en 17 enfrentamientos, apenas consiguió un empate en 1985 en cancha de Ferro-, y el actual campeón Sudáfrica abría la jornada en Wellington frente a Australia, desde las 2 de la madrugada.

Francia venció en el clásico a Inglaterra, subcampeón mundial en 2007, por 19 a 12 y el próximo sábado enfrentará por un lugar en la final a Gales, que ayer se impuso frente a Irlanda por 22 a 10.

En el clásico europeo disputado en el estadio Eden Park, el mismo escenario en el que en la madrugada jugaban Los Pumas, Francia mostró una clara superioridad desde el inicio, ya que supo adelantarse por 16 a 0 en el primer tiempo, y si bien Inglaterra evidenció luego una recuperación, no le alcanzó para revertir el tanteador.

De esta manera, Francia, que había sido segundo en el grupo A detrás de Nueva Zelanda con dos triunfos y dos derrotas, avanzó por sexta vez en siete ediciones a las semifinales del certamen ecuménico (sólo no llegó en 1991), aunque luego apenas pasó en dos ocasiones a la final (1987 y 1999) perdiendo ambas. Para Inglaterra, se trató de la segunda derrota en su historial mundialista ante Francia, al que derrotó en semis de 2003 y 2007 y en cuartos de 1991, y contra el que sólo había caído en el partido por el tercer puesto de 1995.

El otro semifinalista, Gales, se impuso ante Irlanda en el Regional Stadium, de Wellington, también marcando diferencias en la primera parte, la cual ganó 10 a 3, y si bien Irlanda llegó a igualar en el segundo, desde entonces el dominio fue todo del equipo que resultaría vencedor.

Así, Gales, segundo en la zona D por detrás del defensor del título Sudáfrica, volverá a jugar una semifinal, la cual sólo alcanzó en la primera edición.

Por su parte, Irlanda, que había dado la gran sorpresa tras superar a Australia en el grupo C en el que culminó como líder, se quedó a las puertas de lo que hubiese sido su primera figuración entre los cuatro mejores de un mundial.