Racing no pudo celebrar su centenario con una victoria. Por más que dominó el partido, que generó las mejores situaciones y que demostró una gran superioridad técnica e individual sobre su rival, el conjunto de Osvaldo Ardiles apenas consiguió igualar 1-1 con Universitario de Perú. El chileno Milovan Mirosevic abrió el marcador en el primer tiempo, pero Luis Galliquio igualó dos minutos más tarde. Más allá del empate, Racing continúa como líder del grupo 6 de la Copa Libertadores, con ocho puntos; seguido por Nacional, con seis; Universitario, con cinco, y Oriente Petrolero, sin unidades.
Tal vez por el marco y por todo lo que rodeó a la fiesta, Racing tardó bastante tiempo en meterse en el partido. Muy lento en el traslado y sin presión sobre la salida del rival, al conjunto de Osvaldo Ardiles le costó generar situaciones de peligro. Si bien monopolizaba la tenencia de la pelota, se equivocaba en la generación de juego. Por eso el conjunto peruano no pasaba sobresaltos por más que se limitaba a defender con orden e intentar contraatacar cuando se le generaban espacios.
Recién a partir de los 25 minutos, el equipo argentino comenzó a forzar el desarrollo. La aparición en escena de Mirosevic y la velocidad de Luis Rueda se transformaron en los mejores argumentos de ataque. Incluso el mendocino tuvo una gran chance para abrir el marcador, pero su remate desde adentro del área fue muy defectuoso y se terminó yendo al lateral. Sin embargo, casi de inmediato, Racing se encontró con el gol, en una buena combinación que Mirosevic concretó con un derechazo al primer palo.
Por más que el tanto parecía un golpe mortal al esquema de Universitario, el conjunto visitante reaccionó muy rápido. Apenas dos minutos después del gol de Mirosevic, Galliquio colocó el empate luego de una excelente maniobra de Artigas. Los goles terminaron de despertar a Racing, que sobre el final del primer tiempo arrolló a su rival y le generó varias situaciones de peligro.
Nada cambió en la segunda parte. Los de Ardiles siguieron insistiendo en su búsqueda, pero entre la falta de puntería y la mala suerte, a Racing se le negó el merecido segundo gol. Ni siquiera la expulsión de Estévez le restó intensidad al ataque. Un remate en el palo de Mirosevic, un cabezazo y una volea de Bastía que tapó el arquero y un toque de Milito que se fue apenas afuera fueron chances muy concretas para señalar el segundo.