Estaba obligado a ganar por dos goles de ventaja, al menos, para ir a los penales, o por tres para desahogarse. Pero este Vélez no es el mismo de los últimos años, tenaz y contundente, y tanto desmantelamiento terminó por hacer mella en el rendimiento y, por supuesto, en las ilusiones.

Para colmo se enfrentó al que, desde hace algunos años, es uno de los equipos más fuertes del continente, la Liga Deportiva Universitaria de Quito que conduce Edgardo Bauza y que tiene s tres argentinos en la formación inicial, Norberto Araujo, Ezequiel González y Hernán Barcos.

El caso de Barcos es paradójico. Pasó por equipos grandes argentinos, como Racing, sin destacarse, pero se transformó en un goleador temible en el conjunto blanco. Le marcó a Vélez los dos goles del encuentro de ida, la semana pasada, y liquidó la semifinal anoche en Liniers.

Iban apenas cinco minutos del complemento y de media vuelta clavó el único gol de la noche, venciendo sin atenuantes a Barovero. No es que la Liga vino a refugiarse a la Argentina, en donde sólo había ganado uno de los 19 partidos anteriores que disputó (perdió 10 y empató los ocho restantes).

Era que Vélez había decidido transformarse en una tromba desde el arranque, tratando de anotar rápido para luego manejar con otra comodidad los tiempos del partido. Fue la figura del arquero visitante, Alexander Domínguez, la que se acrecentó en la parte inicial, sacando varias pelotas al corner y tapándole la más clara situación de gol de todo ese período a Franco, una vez que el delantero quiso aprovechar una picardía para puntear la pelota.

Pero se le acabó la pólvora en el arranque, con Martínez fundido, con Franco peleado con el gol, y de pronto viéndose 0-1 abajo, lo que lo obligaba a marcar cuatro goles para pasar a la final: ya no habría penales con ese gol de Barcos. Gareca movió el banco buscando más frescura, pero el reloj corría y con ello se apuraban los nervios. El tiempo reglamentario se escurrió sin que Vélez pudiera, siquiera, igualar el partido.

En el balance, la Liga fue un justo merecedor de la serie, su pase a la final de la Copa Sudamericana es inobjetable y espera al ganador de la restante semifinal, entre la Universidad de Chile y Vasco da Gama, que definen esta noche en Santiago, tras el empate 1-1 de la ida en Río de Janeiro.

0- VELEZ

Barovero; Cubero, S. Domínguez, Ortiz, Papa; A. Fernández, Canteros, Zapata, Cerro; Martínez, Franco.

DT: Ricardo Gareca.

1- LDU (QUITO)

A. Domínguez; Corozo, Araujo, Guagua, Calderón; Urrutia, Hidalgo, Reasco, Bolaños; E. González; Barcos.

DT: Edgardo Bauza.

Estadio: Vélez.

Arbitro: José Buitrago (Colombia).

Gol: 50m, Barcos (L).

Cambios: 52m, D. Ramírez por Zapata (V); 56m, Bella por Cerro (V); 61m, Gámez por Urrutia (L); 66m, Bieler por Bolaños (L); 71m, Rescaldani por Martínez (V); 87m, Calderón por E. González (L).