En Sevilla hace frío, pero los corazones acelerados de los jugadores españoles y argentinos calientan la pregunta: ¿campeones de la Copa Davis? Sólo uno podrá lograrlo este fin de semana y, pase lo que pase, se marcará un hito: el quinto título para los españoles o el final de una urgencia histórica para el deporte argentino, que aún tiene clavada la espina de la derrota de 2008 en la final de Mar del Plata.

“Esto es muy diferente respecto de la final del 2008”, aseguró ayer el número uno argentino, Juan Martín Del Potro. “El país es otro y llegamos en otras circunstancias, pero el equipo está listo para pelear por el título”, añadió el tandilense, número 11 del ranking mundial, que jugará hoy el segundo punto de la serie contra David Ferrer, según el sorteo realizado ayer, que definió que la serie la abrirán Juan Mónaco y Rafael Nadal, a partir de las 10 (televisan TyC Sports desde las 8 y Canal 13).

No será una final cualquiera, sino “un hito”, según dijo el presidente de la ITF, Francesco Ricci Bitti, al confirmar que habrá 27.500 espectadores, la mayor audiencia de todos los tiempos en un partido oficial de tenis. “Nuestro objetivo era llegar preparados. Entrenamos fuerte en Argentina y acá, y vamos a estar en condiciones de jugar lo que nos toque”, agregó Del Potro de cara al duelo en las instalaciones temporarias construidas en el campo de juego del estadio de fútbol de La Cartuja.

Pero antes del duelo con Ferrer habrá una batalla entre amigos, la apertura de la final a cargo de Rafael Nadal y el también tandilense Juan Mónaco, al que el número dos del mundo respeta enormemente. “Juan es físicamente especial, tiene un ritmo de piernas muy, muy bueno, y es muy sólido de drive y de revés. O juego muy bien o no voy a ganar”, afirmó Nadal.

Furioso hincha de Estudiantes de La Plata, Mónaco apeló a un símil futbolero sobre el césped del estadio: “Me gustaría que esto fuera como Old Trafford”. Aquél fue el estadio en el que el equipo argentino dio la sorpresa al derrotar al Manchester United y ganar la Copa Intercontinental en 1968.

Nadal, que se hizo hincha de Estudiantes por su amistad con Mónaco, dejará los sentimientos de lado durante el tiempo que dure el partido. Ambos se conocen a la perfección, ya que compartieron incontables entrenamientos y viajes.

Mónaco necesitará un rendimiento sublime para vencer a Nadal, que no pierde un individual en la Davis desde que cayera en el primero, en 2004, y acumula 18 victorias consecutivas. Es más: España no pierde en casa desde 1999, y suma ya 20 series consecutivas ganadas. Pero los argentinos tienen esperanzas y el ex tenista español Carlos Moyá entiende en parte por qué. “Si hay un equipo que puede vencer a España, es Argentina”, dijo el ex número uno del mundo, que tiene sin embargo dudas de que los argentinos “lleguen en su mejor momento” físico al duelo. “Veo un muro en el tema físico para Argentina, aunque la calidad de sus jugadores es muy grande”, añadió el jugador, retirado ya hace dos temporadas. “Si Argentina quiere ganar tres puntos, el menos difícil de todos es el del dobles, pero resulta que tampoco es lo más fuerte que ellos tienen”, analizó de cara al duelo de Fernando Verdasco y Feliciano López frente a David Nalbandian y Eduardo Schwank.

En los singles, Moyá ve a España como franca favorita. “Juegan el más grande de la historia en tierra, Rafael Nadal, y el jugador más en forma, David Ferrer. España es favorita, no hay dudas.” “Hace unas semanas Argentina podía plantearse como objetivo ganarle los dos puntos a Ferrer, pero resulta que David está en gran forma y es durísimo a cinco sets en tierra.”

Entre los argentinos hay conciencia de que se puede “jugar muy bien” y así todo perder la final por 50, tal es el poder del rival. Pero la motivación es claramente más fuerte entre los sudamericanos. Al fin y al cabo, la Davis es el único gran plato del deporte que aún no se sirvieron, y los españoles, en cambio, casi se atragantaron de éxitos en la última década. Campeones mundiales de fútbol, baloncesto, boxeo y Fórmula 1, oro olímpico en maratón, los argentinos sueñan con la Davis: perdieron las finales de 1981, 2006 y 2008, y no quieren sumar 2011 al historial de frustraciones.

El detalle de los singles que abren la final en Sevilla