Ortigoza luchó mucho, pero estuvo lejos de su mejor nivel.
Imagen: Fotobaires.

Independiente y San Lorenzo protagonizaron un típico partido veraniego de los que terminan en un previsible 0-0, aunque el equipo de Ramón Díaz mostró más variantes y estuvo más cerca de la victoria. Nereo Champagne, con algunas muy buenas atajadas fue la figura del juego.

Los primeros minutos mostraron la imagen habitual de este tipo de partidos de pretemporada: jugadores duros, imprecisiones con la pelota, llegadas a destiempo. Por eso, el desarrollo se tornó aburrido y monótono, sin situaciones de peligro frente a los arcos, salvo por un cabezazo bombeado de Gigliotti, que se fue apenas alto.

Con el correr de los minutos, Independiente fue encontrando algunas variantes por la derecha, con lo que volcó su juego por ese sector. Y esa estrategia le trajo buenos dividendos, ya que consiguió generar algunas ocasiones de peligro, sobre todo un cabezazo de pique de Nieva, que Champagne tapó de manera notable, y otro toque por encima del delantero, que el arquero también controló con acierto.

En la segunda mitad, San Lorenzo consiguió equilibrar el trámite en la mitad de la cancha. Y si bien no hubo grandes ocasiones de gol, el juego se tornó algo más entretenido porque ambos equipos buscaron el arco rival con un poco más de insistencia. Dentro de ese panorama, lo mejor de Independiente gracias a Patito Rodríguez, que en base a su habilidad generó desequilibrio.

Dentro de ese panorama, los dos tuvieron una chance clarísima para ganarlo. Primero fue Nahuel Benítez, que recibió de Méndez y definió con categoría, pero el palo se lo negó. Y en la réplica, el pibe Vidal eludió a Champagne y resolvió desde un ángulo cerrado, aunque también se encontró con el poste. Así terminaron en un empate lógico y previsible.

Ortigoza luchó mucho, pero estuvo lejos de su mejor nivel.
Imagen: Fotobaires.