Un joven de 27 años fue asesinado a golpes en la cabeza ayer por la tarde durante una pelea entre dos facciones de la barra brava de Nueva Chicago, que habían sido convocadas en el polideportivo del club por el presidente de la institución para “unirlas”. Fuentes policiales aseguraron que la víctima fue identificada como Agustín Alejo Rodríguez (27), quien murió en el acto tras recibir un fuerte golpe en la cabeza con un fierro o con un palo.

El crimen del hincha se produjo pasadas las 17 en Lisandro de la Torre y San Pedro, en proximidades del Barrio Los Perales y a unos doscientos metros del ingreso al polideportivo del club Nueva Chicago, en pleno barrio de Mataderos. Según los investigadores, todo comenzó tras un llamado del presidente de Chicago, Antonio Fusca, a los referentes de las dos facciones más importantes que componen la barra brava del club, la de Las Antenas y la de Los Perales, y los citó en el polideportivo.

“La intención del presidente era lograr una convivencia en las tribunas para evitar futuros problemas durante los partidos que el equipo disputará en el torneo de la Primera B Metropolitana”, dijo una fuente de la pesquisa. Pero cuando los dos grupos se hallaban dentro del polideportivo, comenzaron los insultos y las peleas, por lo que las autoridades del club ordenaron que se retiren del lugar. La pelea y las corridas continuaron en la calle y los dos grupos se dispersaron.

Minutos después, algunos de los integrantes del grupo Los Perales que se hallaban en la esquina de Lisandro de la Torre y San Pedro fueron sorprendidos por otros jóvenes que descendieron de una camioneta Renault Kangoo, presumiblemente de Las Antenas. Al parecer, tres agresores atacaron a Rodríguez a golpes en la cabeza y lo asesinaron. El director del SAME, Alberto Crescenti, aseguró que cuando la ambulancia llegó al lugar, el joven ya se había fallecido. “Se trató de una muerte instantánea, no hubo tiempo de hacer nada”, explicó. La sospecha es que Rodríguez fue atacado con un fierro o un palo, que no fue hallado en la escena del crimen.

El barra muerto vivía a menos de cien metros de la entrada principal del club. Además, otro hincha resultó herido –algunas versiones indicaron que sería el agresor y que había recibido un puntazo en el abdomen– y anoche era operado en el Hospital Santojanni, del barrio de Liniers, rodeado de custodia policial. En medio de la confusión hubo versiones de que un grupo de hinchas habría ido al hospital, pero no fue confirmado.

Todo empezó cuando las dos facciones se encontraron en la zona de las piletas del predio de la institución y comenzaron a insultarse. Los barrabrava se enfrentaron en el marco de una vieja disputa que tienen por el control de la hinchada y el protagonismo en el club.

La barra de Los Perales debe su nombre a que vulgarmente se le llama así al barrio de monoblocks Manuel Dorrego, por la plantación de frutales que había hace más de 60 años en el lugar, lindero con el estadio. Esa barra la integraban también algunos hinchas de la vecina Ciudad Oculta. Por su parte, los barras de Las Antenas son de Villa Insuperable, en La Matanza, y tienen con Los Perales una puja por el dominio de la hinchada que habría comenzado con el recambio de gestión en el club, el año pasado, cuando asumió la presidencia Antonio Fusca, en reemplazo de Antonio Filomeno.

Una vecina del barrio que se mostró conocedora de la vida del club apuntó contra el grupo de Las Antenas: “Vinieron a una supuesta reunión y a los chicos de Los Perales les empezaron a pegar e inclusive dicen que los policías habrían ayudado. Lamentablemente esto es común –agregó–, alguien les da a estos pibes una entidad que no tenían... o les dan plata o algo, es una guerra de barras”, sentenció.

La mujer señaló que “la bronca es todo el año; estos pibes de Las Antenas, que nunca tuvieron protagonismo, ahora quieren agarrar el supuesto poderío de la barra brava”. Añadió que “en este club no hay un peso, pero tienen en la cabeza que a lo mejor cuando entre plata les van a dar; no hay un peso en este club, hay más deuda que otra cosa, pero hay una fantasía, porque en una época hubo mucha plata y alguien les dio”.