Vie 11.04.2003

DEPORTES  › BOCA EMPATO EN ECUADOR Y FUE SEGUNDO EN SU ZONA

Un desvío en la ruta a Tokio

La igualdad en tiempo de descuento ante Barcelona no impidió que Boca ocupara el lugar de escolta en el Grupo 7, lo que lo obliga a definir los octavos ante Paysandú como visitante.

Con dos goles en los últimos minutos del partido, Boca empató un partido en el que Barcelona lo había superado con claridad, y aunque el punto conseguido de manera dramática no le alcanzó al equipo argentino para conquistar el primer puesto del Grupo 7 de la Copa Libertadores, ya que el Independiente Medellín le ganó 2-0 a Colo Colo en Colombia, el resultado logrado dejó conformes al plantel y al entrenador Carlos Bianchi. Boca ya estaba clasificado, y aunque el empate significó el segundo puesto final en la tabla, como el fixture señala al tibio Paysandú de Brasil como rival de los octavos de final, el traspié duele mucho menos, acaso nada.
Pareció que iba a ser muy fácil. Tres delanteros –Barros Schelotto, Moreno, Delgado– para atacar a un rival que, por eliminado, se suponía menos riguroso, suponían una promesa que estuvo muy cerca de comenzar a cristalizarse en los primeros cinco minutos del partido, cuando Delgado habilitó al Mellizo, e Iván Hurtado lo tomó del brazo en el área. Un penal clarísimo que el árbitro chileno Selman no obvió. Pero el remate de Barros Schelotto no fue gol: el disparo se estrelló en la base del palo derecho.
Como si hubiera sido un despertador, la oportunidad errada por Boca pareció despabilar al equipo local, que se fue haciendo del control del terreno y del manejo de la pelota. Y los envíos de Gavica de larga distancia (uno pegó en el travesaño y dio en la espalda de Abbondanzieri, que atrapó con susto) empezaron a mezclarse con los pifios de la última línea boquense.
Boca volvió a tener otra oportunidad en el primer tiempo, un cabezazo de Moreno a quemarropa que Cevallos tapó en la línea con gran intuición. Otro remate del delantero, apenas comenzado el segundo tiempo, intentaba disimular lo que era evidente: que Barcelona era el dueño del partido.
Por eso no extrañó que, un minuto después, una corrida de Asencio por derecha fuera conectada aparatosamente por Graziani hacia el gol. Y al ratito, Morigi ponía de cabeza el 2-0, mientras el Medellín también aumentaba. Disminuido en el resultado y también en el juego, Boca se sentía cada vez más segundo. Ambos quedaron con diez: se lesionó Ibarra, Asencio se fue expulsado por pegarle a Burdisso. El golazo de Cángele insinuó cambiar la historia. Y el empate de Moreno, fusilando a Cevallos, hizo pensar, por un minuto, en una heroica victoria. Pero ya no alcanzaba el tiempo.

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