“Esto es fútbol y hay que ser equilibrado cuando ganas y cuando pierdes. Los chicos han estado fantásticos contra un gran equipo que el fin de semana estuvo de vacaciones mientras el nuestro jugó el partido máximo que puedes jugar en tu campeonato.” El entrenador del Real Madrid, José Mourinho, volvió a mostrar su verdadera fibra después de la eliminación de su equipo en la segunda semifinal de la Champions League ante el Bayern Munich.

Un día después de la caída del Barcelona, le tocó al equipo madrileño, pese a que a los 14 minutos ganaba 2-0 con dos tantos de Cristiano Ronaldo, el primero de penal. El descuento de Arjen Robben, también de penal, puso el 2-1 final, el mismo resultado que a la ida, de manera inversa, lo que motivó el alargue y posteriormente una tensa definición desde el punto del penal.

Como Lionel Messi el día anterior, Cristiano Ronaldo erró su remate decisivo (foto superior), y los alemanes triunfaron 3-1 en la serie, asegurándose el pase a la final del 19 de mayo, en Munich, frente al Chelsea. De esa manera, los equipos españoles, que eran mayoría en las semifinales del prestigioso torneo, se quedaron sin representantes en la final.

“Fue un partido muy táctico, con una tensión emocional enorme, ya que con el 2-1 cualquier error podía costar el partido”, agregó Mourinho. “La historia del fútbol está repleta de fallas.” Su equipo resignó protagonismo a lo largo de todo el encuentro y la clasificación del equipo alemán pareció justificada por el desarrollo.

“Los penales son una lotería y no hay que darle más vueltas”, pidió el arquero blanco, Iker Casillas, antes de admitir que “con el 2-0 cometimos el pecado de intentar aguantar el resultado”.

“Si pasamos revista a los 120 minutos, pasamos con justicia a la final”, dijo Jupp Heynckes, el técnico del conjunto muniqués. “Fue maravilloso como reaccionó el equipo después del 20. Lograr lo que logramos en el Bernabeu es algo grandioso.”

El arquero Manuel Neuer, que le contuvo penales a Ronaldo y a Kaká en la serie final, destacó el papel de la suerte. Y Bastian Schweinsteiger, que anotó el penal decisivo (foto inferior), señaló: “No sé de dónde sacamos la energía para seguir corriendo. Sólo pensaba en que la pelota tenía que entrar”. Será la novena final del Bayern Munich, que ya ganó cuatro Copas de Europa, la última en 2001.