DEPORTES › SE PUSO EN MARCHA EL RALLY DE LA ARGENTINA, EN CORDOBA
Se miden escuderías de presupuestos millonarios contra particulares que pagan hasta 150 mil dólares por competir, como el ex Fórmula 1 Eliseo Salazar. Sin argentinos compitiendo por la punta, hoy acecha la niebla.
› Por Pablo Vignone
Desde Villa Carlos Paz
La idea era venir corriendo desde las cataratas del Iguazú hasta aquí, a través de Misiones y el Impenetrable chaqueño, pero el desafío era excesivo. Una competencia exigente, dijo la autoridad internacional, la FIA, pero sin exagerar. Los equipos preparan pequeñas joyas mecánicas que consumen combustible y gomas a ritmo violento, y 800 kilómetros de frenesí, como se había planeado originalmente, parecían demasiados, especialmente teniendo en cuenta los costos. Aun en versión refinada, el 32 Rally de la Argentina, que se puso en marcha anoche con un superespecial nocturno (ver aparte), continúa siendo una de las citas más intrigantes del Mundial de la categoría.
De los 60 anotados, 14 pilotos compiten por el campeonato del mundo. No hay gran variedad: son cuatro Citroën DS4, siete Ford Fiesta y tres Mini. El presupuesto para toda la temporada del equipo francés, el más poderoso del rally mundial, es de 35 millones de euros para todo el torneo de trece pruebas, diez veces menos que una escuadra de punta de Fórmula 1. El chileno Eliseo Salazar, que hace 30 años corría en F-1, se arrepintió de su retiro a los 57 años y alquiló un Mini que estaba vacante tras haber sido rechazado por el cordobés Gabriel Pozzo y el puntano Miguel Baldoni a causa de su precio: 150 mil dólares para correr este rally.
Los argentinos no aceptaron porque el interés por la prueba no es el mismo que una década atrás. Abril no es lo mismo que julio (cerca de las vacaciones de invierno), no hay pilotos argentinos terciando para meterse entre los diez primeros (en un rally que en 1988 ganó Jorge Recalde, que en 1980 y 1985 vio tercero a Carlos Reutemann, y que en 2009 tuvo a Federico Villagra en el cuarto lugar) y hace seis años que produce el mismo resultado, la victoria de Sebastian Loeb. El francés sale primero hoy al camino, todavía de noche y con la posibilidad de niebla. “Esa, la niebla, será la principal dificultad –asegura a Página/12 su compañero, Mikko Hirvonen–. Este es un rally más largo que lo normal, pero no más desafiante que otros. Montecarlo o Francia, sobre asfalto, pueden ser más difíciles”, considera.
Para los argentinos, correr este rally organizado por el Automóvil Club Argentino cuesta el doble de caro que el rally de Tucumán, la prueba del campeonato argentino de la semana que viene. Sólo uno de ellos, Marcos Ligato, se anima al recorrido de 503 kilómetros (una prueba normal del mundial tiene 350 kilómetros, una del torneo argentino 150), a bordo de un Subaru del Grupo de Producción (Standard, la segunda categoría en importancia del mundial), “Hay que correr usando la cabeza, es un 40 por ciento más largo y duro que un rally normal”, señala el cordobés.
El qatarí Nasser al Attiyah, ganador del Dakar 2011, tiene, en cambio, la cabeza en otra cosa. “En dos meses son los Juegos Olímpicos de Londres y mi objetivo es ganar la medalla de oro en tiro –le cuenta a este enviado–. Es la sexta edición de los JJ.OO. en la que participo, acabo de batir un record mundial y me tengo mucha fe. ¿La medalla o un título mundial de rally? ¡La dorada olímpica, claro!”
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