DEPORTES
› EL DURO DESPERTAR TRAS LA DERROTA EN LA BOMBONERA
A Boca le duele no embocarla
Bianchi y los jugadores reconocieron que contra Paysandú se jugó uno de los peores partidos del año, pero el problema principal radica en la falta de un goleador que la meta adentro.
Por F.M.
La derrota de Boca en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores ante Paysandú, de Brasil, el jueves a la noche, no hizo más que poner en evidencia los problemas que el equipo de Carlos Bianchi venía experimentando en sus últimas presentaciones. “Boca jugó uno de los peores partidos del año”, aseguró ayer Guillermo Barros Schelotto. Uno de los peores, porque el juego de Boca ya había sufrido varios traspiés en los dos frentes que disputa: contra Unión, contra San Lorenzo (cuando ganó 2-1 sin jugar bien) y contra Olimpo, en el torneo Clausura; y los empates contra Colo Colo, en la Bombonera, y contra el Barcelona, en Guayaquil.
“No es sencillo explicar lo que sucedió en el partido frente a Paysandú –comentó Barros Schelotto en su página web–. Por supuesto, nada salió como teníamos pensado. Tampoco se pueden poner demasiadas excusas en estos casos. Jugamos mal, decididamente mal. Y ellos lo hicieron bien.”
“Nosotros no creamos situaciones claras –continúa el delantero–, estuvimos imprecisos en los pases y ni siquiera pudimos aprovechar los espacios que se generaron después de las expulsiones. Siempre quisimos ser protagonistas, ir al frente, pero no tuvimos la claridad de otras veces y por eso jugamos uno de los peores partidos del año.”
No faltaron, tras la caída, los hinchas que buscaron responsables: que Bianchi se equivocó con los cambios, que lo peor fue Burdisso, que Cagna no puede correr, que Donnet no aportó, etcétera. Aunque el verdadero problema, más allá de una noche desgraciada –que lo fue, sin dudas–, es que a Boca le cuesta hacer goles y por eso, pese a tener la pelota durante gran parte del encuentro, no pudo encontrarle la vuelta al planteo de los brasileños que se le cerraron atrás y casi no se desordenaron.
Falta un conductor: Con la lesión de Ezequiel González, Boca perdió creatividad en la ofensiva. Matías Donnet parecía el indicado para suplir la ausencia de González, y de hecho había cumplido satisfactoriamente ante Gimnasia, Racing y Newell’s. Sin embargo, el jueves quedó claro que no debe ser la única alternativa posible, ya que así como su rendimiento había subido sorprendentemente también puede caer en iguales condiciones. Por otra parte, Diego Cagna no parece el ideal para ese puesto, así como tampoco Bianchi tiene en mente a Carlos Tevez para esa función.
Falta un goleador: En las primeras diez fechas del Clausura, Boca anotó 18 tantos, pero lo curioso es que el goleador del equipo es el polifuncional Donnet, con tres anotaciones. Entre todos los delanteros de Boca suman apenas siete goles, uno menos que la suma de los tantos convertidos por los volantes del equipo y, lo que es peor, uno menos que los que suman cada uno de los actuales goleadores del torneo, Luciano Figueroa y Roberto Nanni.
Bianchi aceptó que Boca cometió errores en su partido copero y admitió que la derrota “se podría haber evitado”. También reconoció: “Boca no jugó bien, perdió una gran oportunidad y deberá levantar mucho su rendimiento”. En el plantel creen que no faltarán oportunidades para que el equipo recomponga su buena imagen antes de ir por la revancha en Belem, capital del estado Pará. “Ahora tenemos que recuperarnos –señala Barros Schelotto– y, después de los encuentros frente a Vélez y Colón, debemos pensar la manera de encarar la revancha en Brasil. No será sencillo el desafío, pero todavía quedan 90 minutos y Boca ya demostró en muchas oportunidades que de visitante –y especialmente en Brasil– puede sacar buenos resultados.”
Bianchi prometió que Boca “no se entregará” y tendrá ante Paysandú “una actitud muy ofensiva”.