DEPORTES › BLATTER SABIA DE LOS SOBORNOS EN LA FIFA
› Por Pablo Vignone
No fue por voluntad propia ni afán de transparencia que la FIFA reveló que su ex presidente Joao Havelange y su ex vice Ricardo Teixeira fueron quienes devolvieron coimas para archivar la investigación que la Justicia suiza efectuaba sobre pago de sobornos; lo hizo obligada por una decisión de la Corte Suprema de ese país. Ayer, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que sucedió a Havelange en el cargo en 1998, admitió que sabía de los pagos, hechos por la fallida ISL, la empresa que por más de dos décadas manejó el marketing de la FIFA. ISL pagó más de 130 millones de dólares a dirigentes deportivos para obtener contratos y quebró en 2001 con una deuda de 300 millones.
En la edición de Página/12 del 14 de marzo de 2008, a propósito de la aparición del nombre de Nicolás Leoz, el presidente de la Conmebol en una lista de pagos de ISL (en la que figuraban transferencias por valor de 210 mil dólares), se explicaba la trama: “Quien fuera liquidador de ISL hasta 2005, Thomas Bauer, presionó oportunamente a ciertos dirigentes deportivos para que devolvieran el dinero de las coimas y abrió una cuenta (escrow nº 1/weber) para que depositaran allí ese dinero. Sorprendentemente, Peter Nobel, el abogado del ex titular de ISL (Jean-Marie Weber), devolvió parte de las coimas. Nobel llegó a un acuerdo con Bauer para pagar 2,5 millones de francos suizos y terminar con los reclamos. Nobel representó legalmente también al titular de la FIFA Joseph Blatter. ¿De dónde vino el dinero que el abogado devolvió? Nobel se negó a revelarlo y la Corte Suprema de Lausana, la máxima instancia judicial en Suiza, lo respaldó”.
Ese dinero vino –se comprueba ahora– de Havelange y Teixeira. La condición fue que las investigaciones del juez Thomas Hildbrand quedaran archivadas. La causa se cerró en mayo de 2010.
El grupo de periodistas que investiga a fondo la corrupción en la FIFA –el británico Andrew Jennings, el alemán Jens Weinreich, el suizo Jean-François Tanda– inquirió los nombres de los dirigentes implicados, los que habían devuelto el dinero. La Justicia negó el acceso al expediente: lo había negociado con la FIFA. Tanda, que además de periodista es abogado, batalló en los juzgados para tener acceso a la información. Así llegó hasta la Corte Suprema, que el miércoles falló a favor de la requisitoria, rechazando un último recurso interpuesto por los dos implicados.
La BBC divulgó entonces esas actas incriminatorias en su página web y la FIFA hizo lo propio, celebrando la difusión con un motivo peculiar: “La decisión de la Corte Federal de Suiza además confirma que sólo dos directivos extranjeros están designados como partes en el juicio y que el presidente de la FIFA (y ningún suizo) no está involucrado en este caso”, subrayó en un comunicado.
Pero ayer, el dirigente suizo admitió a FIFA.com que tuvo conocimiento de los pagos de ISL a Havelange y Teixeira gracias a uno que llegó por error a una cuenta de FIFA en Zurich. Ese pago fue efectuado en 1997: el episodio lo cuenta Jennings en su libro Foul! publicado ya en 2006. En un documental de la BBC de ese mismo año, Jennings interroga a Blatter si era a Havelange a quien iba dirigido el pago. El suizo no responde. Seis años tardó en salir a luz el nombre de los protagonistas de la trama.
Blatter (en la foto con Teixeira) nunca actuó en contra de ellos, pese a lo que sabía. Pretendió en la entrevista de ayer que entonces los pagos no constituían delito: “Podían incluso deducirse de los impuestos. Hoy serían punibles por ley. Uno no puede juzgar el pasado en base a los estándares actuales. Si no, se acabaría con la justicia moral”, afirmó.
Las actas divulgadas establecen categóricamente que “la FIFA tuvo conocimiento del pago de sobornos a personas de sus organismos” y acusan al organismo “de una organización deficiente de su empresa” y de la carencia de “una reglamentación interna estricta”.
Havelange, presidente de la FIFA entre 1974 y 1998, recibió 1,5 millón de francos suizos, mientras que su ex yerno Teixeira cobró entre mayo de 1995 y noviembre de 1997 al menos 12,74 millones de francos suizos, más de 10 millones de euros. El primero renunció a sus funciones en el COI, del que era miembro desde 1963, en diciembre pasado, para que se detuviera una investigación interna en torno suyo sobre los mismos sobornos, pero sigue siendo presidente honorario de la FIFA; el segundo resignó en marzo pasado tanto la presidencia de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), que ejerció durante 23 años, como su posición en el Comité Ejecutivo de la FIFA, y también quedó afuera del Comité Organizador del Mundial 2014 en su país. Pero, recluido en Miami para eludir a la Justicia de su país, la CBF sigue pagándole su sueldo, superior a los 50 mil dólares. Lo confirmó su sucesor José María Marín.
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