A pesar del corto camino recorrido, River ya tiene la idea fija en conseguir lo que no pudo en los últimos dos años. Si bien el principal deseo tiene que ver con la Copa Libertadores, la contundencia del equipo de Núñez hace pensar en que también buscará volver al éxito en el ámbito local. El equipo liquidó ayer fácilmente a Unión, y lidera el torneo Clausura con puntaje ideal.
El poder ofensivo de River volvió a demostrar que se encuentra en su mejor momento. El equipo conducido por Ramón Díaz se despachó ayer con seis goles –cuatro de Ariel Ortega, dos de Fernando Cavenaghi– y así sumó diez tantos en dos encuentros, luego de los cuatro que le convirtió a Huracán el último domingo, y 13 en lo que va del torneo. Justo cuando el técnico había anticipado que el equipo repetiría otra goleada ante los santafesinos, los jugadores no sólo cumplieron, sino que la alcanzaron con un juego superlativo.
River superó en todos los sectores a Unión, y comenzó a construir su victoria con la contundencia de Ortega, que convirtió tres goles en el primer tiempo: en el primero definió entrando por la derecha, luego de una gran habilitación de Coudet desde la mitad de la cancha. En el segundo, la jugada fue similar a la del primero, pero esta vez el que realizó la asistencia fue D’Alessandro. Y el tercero, fue con una ejecución de penal, luego de una falta de Raggio sobre D’Alessandro.
Además de los tres goles, River estuvo cerca de aumentar la cuenta por intermedio de Cavenaghi, que estrelló un derechazo en el travesaño, y D’Alessandro, pero su remate se fue al lado del palo. La superioridad de River nacía desde la defensa, que desde el inicio se paró en la mitad de la cancha, y continuaba en el medio, con un gran despliegue de Ledesma (que volvió a ser titular) y Coudet, que se proyectó permanentemente por la derecha.
La postura de Unión fue mezquina desde el principio. El entrenador Carlos Griguol decidió poner un solo delantero (Reggi), y sólo Israelevich era el que acompañaba. La idea de sumar al menos un punto se diluyó rápidamente.
En la segunda parte, River continuó con su repertorio y fue elevando la cuenta a medida que pasaban los minutos. Cavenaghi convirtió dos (lleva 11 en este año), después de ambos rebotes que ofreció el arquero Nereo Fernández. Y sobre el final, Ortega cerró su gran tarde con un preciso remate desde afuera del área, que se metió por arriba del arquero. Al final, Ramón Díaz se animó a decir que su equipo había jugado “el partido perfecto”.