DEPORTES
Narváez expone en el Luna Park
Pone en juego su título mundial mosca de la OMB ante el mexicano Everardo Morales, en la pelea más seria que enfrenta desde que es monarca. Hay promesa de piñas.
Por Daniel Guiñazú
Omar Narváez expondrá por tercera vez su corona mundial de los moscas en la versión de la OMB, esta noche, en el Luna Park. Y no tendrá una pelea fácil. Sin ser un fuera de serie, el mexicano Everardo Morales es el más calificado de los retadores que el chubutense ha tenido hasta el momento y está en condiciones de complicarlo en la medida que pueda imponer su boxeo veloz y de presión constante. El combate a 12 rounds dará comienzo alrededor de la 23 y TyC Sports abrirá su transmisión una hora antes con el pleito a 10 asaltos entre Mariano Carrera, el campeón argentino de los medianos y el salteño Javier Mamani por el título OMB latino de la categoría.
Que el Huracán Narváez haya registrado 50,800 kg recién en un segundo pesaje (en el primero dio 48 gramos más que lo ponían fuera del límite de los moscas) no equivale a afirmar que el chubutense está mal preparado. Conocedor de que Morales subirá al ring de Corrientes y Bouchard con algunos kilos más de los 50,550 que dio ayer, Carlos Tello, el entrenador de Narváez, trató de que su pupilo no se fuera abajo en el peso para no dar ventajas que, aunque pequeñas, suelen ser decisivas en las categorías más chicas. Narváez es un profesional serio y respetable, incapaz de llegar mal puesto a una pelea. Más aún cuando esa pelea promete ser la más exigente de su corta carrera que abarca 13 triunfos en 14 peleas, 7 de ellos antes de lo estipulado.
El mexicano Morales llega con un record discreto de 23 victorias (18 antes del límite), 7 derrotas y 2 empates y con un cuarto puesto en las discutibles clasificaciones de la OMB. Pero tiene oficio, dos intentos frustrados por un título del mundo (uno de ellos en 1997 ante Carlos Salazar en el Chaco) y 9 nocauts a favor en sus últimas 10 peleas. Suficiente para respetarlo mas allá de que los números de su campaña sean vulgares, poco llamativos.
Narváez es frío y oportunista, camina el ring como pocos, no pega duro y puede dominar atacando y contraatacando. Habrá que ver cómo se las arregla para contener al áspero guerrero mexicano si éste logra imponer su mayor alcance y la rapidez de sus combinaciones. El Zihua Morales tiene la mano picante y, está claro, no vino como partenaire. A los 27 años quiere llevarse a su México lindo y querido el título que Narváez tendrá que defender con el alma y con la vida y con más también para que se quede en la Argentina.