El slogan lo dice todo: “Transformando pasiones en grandes negocios”. Pro Entertainment o Pro Enter es el licenciatario de los productos Boca. La pasión que en teoría convierte en dinero la pone el club, donde no están muy convencidos de que la sociedad funcione. La empresa, según un dirigente muy importante, “no gana plata ni nos deja ganar a nosotros”. Por eso se espera recuperar licencias que vencen en 2015, como se hará con el Museo de la Pasión Boquense, que en mayo próximo pasará a controlar la institución después de que venza la concesión. Estos días de verano en que ilusiona la llegada de Carlos Bianchi, los dirigentes se frotan las manos porque –dicen– “en Boca hay un interés superlativo”. Y pretenden que éste se transforme en plata, pero sin demasiados intermediarios. Donde los hubo, se infiere, más que negocios pudo haber negociados.

La prueba más categórica de que el club comenzó a ver crecer sus ingresos desde la contratación del técnico son sus abonos a plateas. “Bianchi se paga solo”, dice la misma fuente. Un remanente de ese tipo de ubicaciones ya se vendió. Las preferenciales van desde los 10.200 pesos hasta los 4900 y los palcos desde los 7300 a los 4800. La demanda de los socios para conseguir un hueco en la Bombonera –esta semana se superó la marca de 35 mil socios adherentes– y seguir los partidos se compadece con la puja comercial que ya hubo entre los grandes sponsors. Pepsi desplazó a Coca Cola. Hasta el año pasado había un solo contrato y ahora el club consiguió tres, ya que desdobló las bebidas por rubro: con la primera marca de gaseosas, Gatorade y la cerveza Quilmes. Eso permitirá duplicar lo que cobraba Boca, según se informó desde la gerencia de Marketing. Y los convenios se extenderán por más de un año.

Desaparecida Boca Crece, la sociedad anónima que presidía el ex dirigente Orlando Salvestrini, Pro Enter tomó el negocio en sus manos de los productos que puede ofrecerles el club a sus fanáticos. La compañía tiene fuerte presencia en Brasil –maneja licencias de cuarenta equipos de fútbol– y aquí también suma a Newell’s y Unión de Santa Fe. Su director comercial, Hernán García, declaró en 2012 que “Boca Productos reporta el 70 por ciento de las ventas totales del mercado”. Pero es la coexistencia entre Pro –curioso nombre para hacer negocios en un club que presidió Mauricio Macri– y la gerencia de Marketing que conduce Pablo Rohde lo que no parece ser funcional a una economía que en el último balance presentó un déficit de 36.852.901 pesos. Saldo negativo que se repartió entre el gobierno de Daniel Angelici (seis meses y medio) y el anterior de Jorge Amor Ameal (cinco meses y medio). Hay una tensión ahí no resuelta.

Uno de los puntos que la oposición cuestionó del ejercicio 2011-2012 fue el aumento del 52 por ciento en los gastos de gerencias no afectadas en forma directa a la práctica de deportes. Entre ellas están Marketing, Administración, Recursos Humanos, la General y la de Comisión Directiva. Boca destina mucho dinero a su funcionamiento y en ciertos rubros delegaba tareas y recursos que pretende recuperar. Es el caso de su página web, el Facebook y Twitter, o sea, casi toda la comunicación oficial. Estaban en manos del conductor televisivo Julián Weich y su socio David Rozencwaig, pero ya no están. También hizo trascender Clarín que habían pasado a manos de gente afín al gobierno nacional con el soterrado pretexto de perjudicar la imagen de Angelici, un aliado de Macri. Como fuere, “eran un dolor de cabeza”, planteó el dirigente que pidió mantener su nombre en reserva.

Cuando el presidente negociaba con Julio Falcioni la renovación de su contrato, a principios de diciembre, desde las redes sociales boquenses (en Twitter tiene 312.265 seguidores y está ubicado 16º entre todos los clubes del mundo) se lanzaba una encuesta de previsible final. A la pregunta ¿Quién debe ser el técnico de Boca?, Bianchi arrasó con más del 80 por ciento de los votos. Angelici quedó en offside y pagó el costo político. La Bombonera resonó en insultos hacia él y el ex entrenador en el último partido contra Godoy Cruz. Al día siguiente anunció que salía a buscar un reemplazante.

La Comisión Directiva se encargó de hacer a un lado a WebBoca SA, la sociedad que manejaba sus redes sociales. Pero si quisiera hacer otro tanto con Pro Enter debería ir a juicio o esperar hasta el 2015. Esta compañía tiene una envergadura mayor. Controla la marca Boca en todo el mundo. Se adjudicó licencias desde la gestión de Ameal y a través de una subsidiaria, Ilmen, lanzó franquicias de las escuelas de fútbol Boca en varios países de Latinoamérica: ya están instaladas en Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y Venezuela. Para publicitarlas apeló en su momento a las figuras de Riquelme, Palermo, Battaglia y Abbondanzieri, entre otros. En la tierra del comandante Hugo Chávez se ofrecen como Campamento Vacacional de Fútbol Boca Juniors y Futuros Vinotinto. Se realizaron dos: en Caracas y San Joaquín, estado de Carabobo. Toda la información se puede buscar en la página www.futurosvino tinto.com

La empresa comercializa en la Argentina artículos de cotillón, juguetes, calzado, indumentaria no deportiva (ese rubro lo controla Nike), bazar y electrónica; se encargó de vender la autobiografía de Diego Maradona y mantiene licencias de diferentes personajes televisivos o productos cinematográficos, como el perro Snoopy y la saga Crepúsculo. Boca en ese contexto es una marca más o una pasión transformada en negocio, como sostiene Pro Enter. Y al igual que uno de sus franquiciados famosos, el dibujito Bob Esponja, absorbe todo lo que le pasa cerca.

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