Tal como ocurrió en 2012, la tenista bielorrusa, que había despertado polémica por los recursos que utilizó para derrotar a la estadounidense Stephens en semis, ayer demostró por qué es la número uno del ranking WTA al derrotar a la china en tres sets.
› Por Sebastián Fest
Desde Melbourne
Bicampeona y número uno: la bielorrusa Victoria Azarenka vivió ayer la final perfecta al conquistar por segundo año consecutivo el Abierto de Tenis de Australia y mantenerse como líder del ranking mundial. Azarenka, de 23 años, se impuso a la china Li Na, siete años mayor, por 4-6, 6-4 y 6-3. De haber perdido, el número uno habría pasado a manos de la estadounidense Serena Williams. La asiática, finalista del torneo en 2012, se torció el tobillo en el segundo set y se golpeó la cabeza contra el piso en el tercero, dando así forma a una extraña final interrumpida durante 12 minutos por los fuegos artificiales del Día de Australia.
“Fueron realmente dos semanas muy largas para mí”, dijo emocionada la bielorrusa, que fue cuestionada duramente por los medios por haber pedido una pausa médica en un momento clave de su victoria ante la estadounidense Sloane Stephens en semifinales. Tras la final de ayer, Li llegó a la conclusión de que su rival fue mejor en los momentos clave del partido. “Creo que sí”, dijo la bielorrusa. “En este tipo de partidos debes aprovechar siempre tu oportunidad en los momentos importantes. Eso fue lo que hice mejor en el segundo y en el tercer set.”
La defensa de un título de Grand Slam fue toda una novedad para Azarenka. “Creo que la manejé bastante bien, es una experiencia de la que voy a aprender para ser también mejor persona”, añadió la bielorrusa, que les habló a los periodistas de su deseo de presentarse “mejor” ante ellos que en ocasiones anteriores. “Creo que en eso también aprendí, pero les corresponde a ustedes juzgarlo.”
Azarenka, que se llevó un premio de 2,43 millones de dólares, se convirtió así en la octava jugadora en la historia del torneo capaz de defender el título. Fue precisamente tras los fuegos artificiales del Australia Day que el drama de la final llegó a su clímax. Azarenka sacaba 1-2, Li pegó un revés y se torció el tobillo izquierdo, aunque logró recuperar cierto equilibrio para evitar una torcedura seria. Pero mientras se ocupaba del tobillo se olvidó de la cabeza, que dio contra el cemento azul de la cancha. La china se tomó la cabeza, evidentemente dolorida. Atendida por el equipo médico de la final, enseguida comenzó a sonreír ante los exámenes y las preguntas que le hacían. Tras unos minutos en su silla y más atención médica mientras su rival practicaba saques, Li volvió al partido tras seis minutos de interrupción y Azarenka ganó el juego situando el choque 2-2.
El primer percance de Li había ocurrido en el quinto juego del segundo set al torcerse el tobillo. Tras ser vendada volvió a jugar. “Sé que no soy joven, pero aun así digo que ya estoy pensando en el próximo año”, dijo la china durante una ceremonia de premios en la que el presentador la llamó al podio con una frase plena de franqueza: “Está maltrecha, está herida y posiblemente hecha polvo. ¡Li Na!”. Número seis del mundo, la china entrenada por el argentino Carlos Rodríguez será desde mañana la quinta raqueta del planeta.
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