DEPORTES › LA ARGENTINA PUDO HABERSE TRAíDO EL TRIUNFO DESDE LA ALTURA DE QUITO ASUMIENDO OTRO PROTAGONISMO
El empate deja a la Selección más cerca del Mundial y es un buen resultado ante un rival que no había resignado puntos como local. El esquema no le permitió aprovechar las oportunidades de triunfo. Di María, el destacado.
¡Qué difícil resulta resignarse a ver a la Selección Argentina, dueña de tanta historia, renunciar al protagonismo que le asiste por derecho adquirido! No se reclama desde el capricho, porque se entiende el condicionamiento impuesto por la altura, se comprende el valor del empate conseguido ante un rival que como local había ganado todos los partidos que jugó hasta aquí en las Eliminatorias, no puede dejar de advertirse el esfuerzo que terminó por agotar a los jugadores de la Selección, inclusive a los que jugaron menos de 90 minutos, pero la conclusión final es que el partido estuvo ahí para ganarlo, que Ecuador dio ventajas y dejó jugar y que quizá desempeñando otro rol, distinto al que el entrenador Sabella acude para vestir al equipo de visitante, el resultado pudo haber sido otro más placentero.
Fue un partido raro, en el que la Argentina no atacó sino que contragolpeó y aún así el arquero local Domínguez terminó erigido casi en figura de su equipo, por las oportunidades en la que se lo exigió, especialmente a través de los remates de larga distancia de Angel Di María, nuevamente el mejor valor de la Argentina.
Es imprescindible preguntarse por qué, si la Selección posee un poder ofensivo temible, en la encrucijada generalmente se opta por inclinar la balanza hacia atrás, reforzando la defensa y no acentuando esa característica poderosa en el área rival. Ante Ecuador había atenuantes: la lesión de Messi, que jugó otra media hora ingresando por un discreto Agüero pero produjo menos juego y menos miedo en el rival que ante Colombia, y la suspensión de Higuaín, expulsado en el partido anterior. Pero Palacio, el reemplazante del delantero, estuvo movedizo, cumplió cuando estuvo en contacto con el balón y generó el penal que le dio el gol a la Argentina: remate de Di María desde afuera del área, rebote en Domínguez y el arquero que le comete penal al delantero argentino cuando éste intenta gambetearlo, convertido por Agüero con tiro bajo y cruzado. A diferencia del partido anterior, ante los colombianos, esta vez hubo alternativas para asociarse con Di María, como fue el caso de Banega, que arrancó tibio y se fue afirmando.
Entonces, en esos diez minutos tan abiertos entre los 75 y los 85, con los jugadores argentinos cansados por el gasto físico pero decididos a aprovechar el espacio que dejaba Ecuador lanzado al ataque, bien pudo la Selección ganar el partido. Se lo comió Di María solo ante Domínguez rematando cruzado, lo perdió Messi con su zurdazo desviado (la única situación de gol clara con que contó el astro), y se acabó todo cuando, con Mascherano tontamente expulsado por pegarle una patada a un asistente local, Sabella dispuso el ingreso de Braña para cuidar el 1-1 en los siete minutos adicionados.
Cinco defensores no le aseguraron tranquilidad al equipo argentino. El mejor de todos ellos, Federico Fernández, fue quien perdió la marca de Castillo en el empate ecuatoriano, al cuarto de hora, en la jugada que terminó con el cabezazo del volante sorprendiendo a Romero; Peruzzi sufrió con Montero –fue tremendo el baile que le pegó en la primera media hora del partido, hasta que el delantero se apagó solo–, Basanta quedó debiendo, Rojo fue el futbolista de menor rendimiento y casi se hace un gol en contra en tiempo de descuento. La Argentina no pasó más apuros porque, aunque era inevitablemente desbordada, Rojas por derecha, Montero por izquierda, Ecuador nunca resolvió bien el cierre de la jugada. Por eso Romero tuvo menos trabajo que su colega Domínguez, aunque encarnó alguna salvada como en la pelota en la que Basanta se durmió y Caicedo lo madrugó.
Seguro que el punto logrado en Quito es positivo: la Argentina no se traía nada de allí desde 2001, cuando ganó por última vez. Sigue acumulando en la tabla y está cada vez más cerca del Mundial. No tendrá que lamentar, entonces, esos dos puntos adicionales que estuvieron ayer al alcance de la mano. Esos que, por pensar en no perder, se perdió de ganar.
1- ECUADOR
Domínguez; Paredes, Erazo, Guagua, Ayoví; Valencia, Castillo, Noboa; Rojas, Caicedo, Montero.
DT: Reinaldo Rueda.
1- ARGENTINA
Romero; Peruzzi, Garay, F.Fernández, Basanta, Rojo; Banega, Mascherano, Di María; Agüero, Palacio.
DT: Alejandro Sabella.
Estadio: Atahualpa (Quito).
Arbitro: Enrique Cáceres (Paraguay).
Goles: 3m, Agüero, de penal (A);16m, Castillo (E).
Cambios: 60m, Messi por Agüero (A); 68m, Saritama por Noboa (E); 69m, Ibarra por Paredes (E); 75m, Biglia por Banega (A); 88m, Anangonó por Rojas (E); 89m Braña por Palacio (A).
Incidencias: 86m, expulsado Mascherano (A), roja directa.
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