DEPORTES › ESPAÑA, FINALISTA DE LA COPA DE LAS CONFEDERACIONES
Pese al empate sin goles frente a Italia, el campeón del mundo se clasificó en la definición por penales, conquista con remates de inusitada jerarquía. Ahora, al Maracaná contra Brasil el domingo.
Hace cinco años, en Austria, España dio un paso que muchos consideran fundacional en este brillante ciclo que ya incluye dos títulos de Eurocopa y un Mundial. Aquel 22 de junio, en el estadio Ernst Happel de Viena, el entonces equipo de Luis Aragonés igualó 0-0 con Italia y luego la superó por penales para clasificarse a las semifinales, rompiendo la maldición que databa desde 1984, la última vez que una selección española había podido superar la barrera de los cuartos de final en un torneo grande. Ayer en Fortaleza, la historia resultó parecida, con el mismo final: el conjunto de Vicente del Bosque no pudo quebrar la resistencia italiana en los 120 minutos, pero su infalibilidad en los penales le valió el pasaje para la final de la Copa de las Confederaciones ante Brasil, el próximo domingo, a las 19, en el Maracaná. Italia y Uruguay definirán el tercer puesto desde las 16.
El desarrollo del partido fue distinto de lo que se podía suponer. A pesar de su impecable camino en el grupo clasificatorio, España no pudo dominar a una Italia que llegaba con muchísimas dudas tras recibir ocho goles en tres encuentros. Pero el planteo de Cesare Prandelli fue efectivo para neutralizar el juego de toque de los españoles y generar las mejores ocasiones del gol durante los noventa minutos. “Le jugamos a España de igual a igual y nos ganamos el respeto de los rivales. Italia hizo un gran partido, demostramos que tenemos un gran equipo para competir con cualquiera, hasta con España, que es la mejor selección del mundo”, valoró Prandelli a pesar de la caída.
Ya en el tiempo suplementario, España se mostró con más resto y estuvo muy cerca de ganarlo, con varias ocasiones muy concretas ante el arco de Buffon. Sin embargo, no tuvo puntería y todo pasó a resolverse en los penales, como hace cinco años en Austria. “Ellos han sido superiores en la primera mitad, luego hemos equilibrado el partido y en la prórroga hemos sido nosotros muy superiores”, fue la simple y clara síntesis de Del Bosque.
Aunque España repitió a seis titulares de aquel partido, sólo Iker Casillas estuvo en ambas definiciones por penales. En cambio, Italia repitió a dos de sus tres sobrevivientes: Buffon y De Rossi, que había fallado su remate en Viena. Candreva arrancó picándola, pero Xavi devolvió la paridad con clase. La misma jerarquía mostraron Aquilani e Iniesta para poner las cosas 2-2. De Rossi se reivindicó, pero Piqué no sintió la presión. Con mucha categoría pasaron Giovinco, Sergio Ramos, Pirlo, Mata, Montolivo y Busquets: 6-6, ciento por ciento de efectividad y arqueros que ni siquiera adivinaban los palos.
Hasta que llegó Bonucci y elevó su disparo. La chance del triunfo estaba en los pies de Jesús Navas, flamante jugador del Manchester City y dueño de una historia de vida particular, ya que de chico no podía salir de su casa de Sevilla porque sufría ataques de pánico. Sin vestigios de aquella situación, el andaluz colocó un derechazo bajo, pegado al palo derecho de Buffon, que fue a ese palo y no llegó. “Este grupo transmite tranquilidad y confianza. Esto lo entrenamos y sabía que había que meterlo”, señaló el atacante andaluz sobre ese remate. “Los penales son una lotería y tuvimos toda la suerte del mundo”, agregó Del Bosque. Lotería o virtud, la verdad es que los españoles tuvieron una eficacia envidiable. Por eso, el domingo protagonizarán la final soñada ante Brasil en el Maracaná.
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