El duelo era muy esperado por los argentinos. Los técnicos Gerardo Martino y Diego Simeone, con Messi adentro de la cancha, se jugaban la primera final de la Supercopa española. Y en un partido donde hubo mucha paridad y un flojo desempeño de la estrella rosarina, el 1-1 final deja la serie abierta para la revancha del miércoles próximo, pero mejor posicionados a los catalanes por el gol de visitante.

Barcelona no pudo controlar la pelota en los primeros minutos, y como sus mejores hombres no aparecían, el Atlético Madrid aprovechó para que el desarrollo de juego sea en el campo visitante. Por intermedio de Diego Costa, el equipo local fue en busca del desequilibrio. El volante utilizaba el costado izquierdo de la cancha para avanzar, y luego buscaba a los compañeros que ingresaban por el otro lado.

En una de esas jugadas llegó el gol del plantel madrileño. Costa desbordó por aquel sector, y el ex Barcelona David Villa le pegó a la pelota de volea, con la cara externa del pie derecho, para ubicarla al lado del palo más lejano de Valdés. Una gran definición.

El mayor inconveniente que tenía el Barcelona era que Messi era bien controlado por los defensores locales, y un ejemplo claro fue que el primer tiro al arco del rosarino fue a los 22 minutos, en la única chance que tuvieron los visitantes en la primera etapa.

Barcelona salió a arriesgar más luego del descanso, pero no podía tener la iniciativa. Sánchez tuvo una chance, pero perdió ante el arquero. El ingreso de Neymar fue positivo, y el brasileño convirtió el empate con un cabezazo, ingresando por atrás de todos.