DEPORTES › BOCA PERDIO ANTE VELEZ Y SUMA TRES CAIDAS EN EL TORNEO
El equipo no pudo sostener algo del juego que exhibió ante Estudiantes, y al conjunto de Liniers le alcanzó con un gran primer tiempo. El único gol del encuentro lo hizo Zárate y Riquelme no ingresó ni un minuto.
› Por Daniel Guiñazú
Boca dio otro paso más rumbo al abismo. Perdió ayer 1-0 ante Vélez en Liniers y sufrió su tercera derrota en cinco fechas. Y aunque el vaticinio puede parecer aventurado, da toda la impresión de que muy pronto habrá que bajar al equipo de Carlos Bianchi de cualquier posibilidad de pelear por el título. El haber sumado apenas cuatro puntos de los 15 jugados hasta aquí y el haber quedado ya a ocho unidades del puntero Colón, empequeñece las chances boquenses. Mucho más si se tiene en cuenta que la falta de volumen de juego, relieve individual y estructura colectiva siguen castigando al equipo sin que su técnico acierte a encontrarles solución.
Otro dato llamó la atención cuando entraba la noche al estadio José Amalfitani. Juan Román Riquelme estuvo en el banco como hace una semana ante Estudiantes. La diferencia es que ayer no ingresó. Ni siquiera cuando quedaba en claro que Boca necesitaba de su talento y calidad para aclarar el ataque apurado y forzado con el que intentó igualar en el segundo tiempo. Bianchi dijo luego en los vestuarios que no lo puso para hacerle un favor a Román. A partir de lo cual es lícito preguntarse: ¿cuál es la real condición física de Riquelme? ¿De qué sirve que sea suplente si no puede entrar? Si no está para jugar 15 o 20 minutos ni aun cuando Boca va perdiendo, ¿volverá alguna vez a ser titular?
Vélez justificó su triunfo en el primer tiempo. Y lo puso en duda en el segundo. Cuando pareció atrapado por un bajón físico ocasionado por la sucesión de partidos que viene afrontando entre la Copa Libertadores y el torneo Final. En los 45 minutos iniciales, le movió la pelota a Boca a todo lo ancho del campo de juego. Pero no llegó demasiado. Manejó el medio con el despliegue de Lucas Romero y de Canteros, y la salida de Allione y Cabral por los costados. Y con la velocidad de Mauro Zárate puso en evidencia la lentitud de una línea de cuatro defensiva, que jugó protegida por otra similar que Bianchi acomodó bien cerca para esperarlo a Vélez en su campo y salir rápido de contraataque.
Con un derechazo bajo que se metió al lado del palo derecho de Orion a los 28 minutos del primer tiempo, Zárate adelantó a Vélez en el marcador. Pero no pudo sostener su mejor juego en el segundo tiempo. Sin frescura en las piernas ni aire en los pulmones, se replegó y le cedió a Boca la tenencia de la pelota. Boca se vino, apurado y a los pelotazos. Dos cabezazos de Gigliotti y Forlín por poco se fueron cerca. Boca no estuvo lejos del empate. Pero sí está lejos de su fútbol. Cada vez más lejos. Y con Riquelme mirándolo todo desde afuera. Cada vez más afuera.
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