A Gimnasia nadie le puede quitar el sueño. Con mucho esfuerzo, sufriendo hasta el pitazo final e, incluso, con algo de polémica, el conjunto de Pedro Troglio se impuso 2-1 a All Boys y alcanzó a River en la cima de las posiciones. Y con un fixture bastante benévolo, el entusiasmo del pueblo gimnasista por conseguir el postergado título es innegable. Para All Boys, la derrota significó un duro golpe, ya que fue superado por Quilmes en la tabla de los promedios y quedó a cinco unidades de Godoy Cruz, el equipo con peor coeficiente de los que están manteniendo la categoría.

El nerviosismo por la chance de ser puntero le jugó una mala pasada a Gimnasia. Porque a pesar del golazo de chilena de Lucas Licht que le abrió el camino de la victoria, nunca se sintió seguro hasta el final del juego. Es cierto que en la primera etapa dominó el trámite y que generó algunas ocasiones para anotar, como un cabezazo de Meza que dio en el palo, pero nunca se mostró sólido, más allá de la tibieza que mostraba el visitante. Ni siquiera con el 2-0 parcial de Gustavo Bou tuvo serenidad, ya que All Boys descontó de inmediato a través de Jonathan Calleri y buscó hasta el último instante la igualdad. Incluso, con el partido 1-0, todo All Boys reclamó un supuesto penal de Monetti a Torassa, que podría haber cambiado la historia. “Si nos tenemos que ir a la B, nos vamos a ir. Pero no nos empujen”, se quejó Ricardo Rodríguez tras el encuentro.

Los temores por desperdiciar la chance paralizaron a Gimnasia, que completó un flojo segundo tiempo y que permitió que su adversario se animara. Por eso, los últimos minutos fueron a pura tensión, sobre todo a partir de la expulsión de Omar Pouso, que dejó a Gimnasia con diez hombres. Es que el equipo de Troglio se defendió como pudo ante un All Boys que lo arrinconaba contra su arco. Incluso, casi en tiempo de descuento, Monetti debió esforzarse para atrapar un cabezazo de Alvarez. Por eso, el pitazo final de Maglio significó un tremendo desahogo, que se coronó con un gran festejo y el arranque de la ilusión, pensando en lo que se viene de cara a la recta final.

Si bien todos los partidos hay que jugarlos y, en este torneo, el lugar común de “cualquiera le gana a cualquiera” se ha hecho realidad más de una vez, el fixture de Gimnasia también invita a la ilusión. En la próxima fecha visitará a Argentinos, golpeado y a punto de descender. En la siguiente recibirá al Lanús de Guillermo Barros Schelotto, que ya conocerá su destino en la Copa Libertadores. Luego visitará a Quilmes, otro angustiado con el descenso. Y en la última jornada se medirá en el Bosque con Boca, con el morbo que significará ese encuentro si el rival directo de Gimnasia sigue siendo River.

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