DEPORTES › VOLEIBOL JULIO VELASCO, FLAMANTE ENTRENADOR DE LA SELECCIóN ARGENTINA
El ex técnico de Italia asegura que volvió al país con filosofía “zen”, por lo que no tiene expectativas de cambiar el exitismo que se vive. “Estoy harto de proclamas. Toda mi energía está puesta en mejorar al equipo”, asegura el platense.
Julio Velasco, flamante entrenador del seleccionado argentino de vóleibol, aseguró que su único objetivo es que el equipo “juegue bien”, en el ciclo que tendrá el Mundial de Polonia (en septiembre próximo) y los Juegos Olímpicos de Río 2016 como competencias principales. “No tengo expectativa de cambiar el exitismo que hay acá. Sé que si pierdo me van a masacrar, pero no es mi preocupación. Toda mi energía está puesta en mejorar el equipo, por eso digo que vine zen”, dijo Velasco, en referencia a la palabra tomada del budismo que señala un estado de relajación.
“Estoy más allá del bien y del mal. Me gustaría darle una contribución a la selección de mi país como hice en otros lugares. Me parecería un fin de carrera muy bueno”, agregó Velasco, quien revolucionó el vóley en Italia en la década del ’90 y se convirtió en uno de los entrenadores más prestigiosos del mundo.
En ese sentido, el técnico platense, de 62 años, amplió su filosofía de cómo conducir un grupo. “Estoy harto de proclamas. No pongo objetivos de resultados ni nada. Digo: ‘Resolvamos las cosas chiquitas’. A mis jugadores lo único que les voy a pedir es que juguemos bien al vóley”, indicó. “No tenemos que ser modelo de nada. No nos creamos los mejores ni los peores, laburemos en vez de hablar. En el vóley no se puede ganar si no jugás bien. No es como en el fútbol. El vóley es un deporte de precisión”, explicó en diálogo con periodistas.
Para Velasco, el principal cambio técnico en el seleccionado pasará por tener un receptor puro, aunque no sea de los más fuertes en ataque. “Con las características de Argentina, necesitamos buena recepción para poder jugar rápido, aprovechar la calidad de nuestros armadores, porque no tenemos atacantes tan físicos”, opinó.
El otro gran interés de Velasco pasa por “la motivación” de los jugadores. “No me refiero a lo que un jugador quiere hacer, sino a lo que está dispuesto a renunciar. Saber decir que no es difícil, más cuando sos joven. Pero los entrenamientos son muchos e intensos. El que no renuncia a ciertas cosas, como salidas de noche durante la semana de práctica, va a entrenar mal o se va a lesionar”, enfatizó.
El concepto de convencer a los jugadores, de “seducir”, fue algo que llamó la atención hasta de Pep Guardiola, que antes de dirigir y ganar todo con Barcelona, invitó a comer a Velasco para saber más sobre manejo de grupos. “Si sos Brad Pitt, te ponés en la barra y las minas vienen solas. Pero si no tenés esa facha hay que buscar por otro lado, ver qué enganchás. De la misma forma, un entrenador tiene que seducir a sus dirigidos, ver cómo llegarle a cada uno de forma individual”, resaltó.
“Yo quiero jugadores que hagan un poco como los de beach voley, que se autoentrenen y sean protagonistas del proceso. No es que yo los agarro y los llevo de la mano a la victoria, por más currículum que tenga. No funciona así”, añadió. “Mi método es en gran parte sacar lo mejor de cada jugador, capacidades que por ahí tienen adormecidas”, completó.
Sobre la salida de Javier Weber, último técnico del seleccionado, por problemas con el grupo, Velasco comentó: “Trato de entender lo que pasó, pero sin que me influya demasiado. Creo mucho en dar una oportunidad a la gente. No sólo la salida de Weber fue tortuosa, sino la de casi todos los técnicos que tuvo el vóley, espero no terminar igual”. “Por ejemplo, Luis Muchaga, que fue el DT medalla de bronce en Seúl 88, está olvidado. Parece que entrenó sólo ese equipo... Todos, Daniel Castellani, Fabián Armoa, Jon Uriarte, Weber, se fueron mal porque no se buscan los problemas, sino a los culpables”, declaró.
“Lo paradójico es que todos los técnicos que fueron ‘serruchados’ consiguieron resultados en sus equipos después. Esto tendría que hacer reflexionar a todo el ambiente y a los jugadores también, porque son los primeros que van a hablar para echarle al técnico la culpa de todo”, agregó.
Velasco, que está probando jugadores a la espera de que se sumen los que van terminando sus competencias de clubes (en el exterior y en Argentina), dice que se encontró con la calidad de voleibolistas que “esperaba”, aunque con más cantidad. “El nivel es bueno, en algunos muy bueno, y la excelencia es lo que hay que buscar para el nivel internacional. Me encontré con lo que esperaba y la sorpresa fue la cantidad de jugadores. Nadie es número puesto en la selección, es un equipo abierto”, remarcó.
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