El devenir histórico y cultural de las sociedades se enmarca dentro de efemérides que recuerdan los hechos y las personas que buscaron y consiguieron cambios profundos en las realidades cotidianas. Esta situación se aplica también al deporte, fenómeno cultural de la modernidad, que en poco más de un siglo de existencia organizada recorrió ese terreno tan vasto que a otras expresiones humanas les demandó varios siglos.

Como hecho cultural, el deporte se expresa a través de su múltiple legado a la sociedad. El juego, la alegría, la actividad saludable, los diferentes objetivos, según la fase de la vida que se transita, la emulación, el espectáculo, el compromiso. Todos estos dones se aprovechan para mejorar la calidad de vida en aquellas sociedades que lo consideran un derecho humano y una formidable herramienta inclusiva.

Es éste el caso de los Juegos Deportivos Evita que, creados en 1948, nos muestran hoy un envidiable vigor, que los transforman en una de las más importantes manifestaciones del deporte social en el mundo y quizá la única que ha sabido tender puentes entre el deporte masivo y el alto rendimiento.

En este crecimiento continuo sostenido por un Estado presente, el 2014 representará un record de nuevas disciplinas deportivas que se incorporan desde las etapas municipales que comienzan en pocos días.

Serán este año cinco más las que se sumen a las ya existentes, totalizando 22 deportes olímpicos, es decir, alrededor del 80 por ciento del Programa Oficial de Pruebas y con una expectativa de más de un millón de participantes.

A esto se suma la adecuación de las edades de participación (13 a 17 años) a las necesidades de las múltiples evaluaciones técnico-científicas que la Secretaría de Deporte juntamente con el Enard están realizando, con miras a la detección de jóvenes talentos que nos representen en los Juegos de la Juventud Buenos Aires 2018, exactamente en el año del 70º aniversario de la primera edición de los Evita.

Sin ninguna duda, la importancia transformadora de los Juegos Evita se seguirá extendiendo más allá de nuestra localía en los Juegos de 2018, ya que los legados culturales edificados en conjunto por el Estado y la sociedad no tienen fecha de caducidad.

* Director nacional de Deportes.