DEPORTES › MEXICO SE IMPUSO 1-0 A CAMERUN Y SUEÑA CON ACOMPAÑAR A BRASIL A OCTAVOS
Empapado por el diluvio de Natal, pero tangible es el ticket que México se agenció en su debut en el Mundial, un ticket que, por lo menos, le dará la chance de decidir en la última fecha del Grupo A, contra Croacia, si acompañará a Brasil a la segunda fase de esta Copa del Mundo, sin tener que depender de otros. Tienen derecho los mexicanos a celebrar por este triunfo sin discusión frente a Camerún tanto como a preocuparse por esa definición, ya que, por lo que se vio en esta primera fecha de la zona, los croatas son un equipo más sólido, menos ingenuo, que el que arma Miguel Herrera.
¿Qué es México? ¿El equipo que toca y toca esperando que se abran espacios o el que con cinco defensores sufre en el fondo cuando lo apuran un poco? ¿El que se pierde goles increíbles, como el que marró Chicharito Hernández tirándola al diablo solo contra el arquero o como cuando Rafa Márquez le sacó el cabezazo a su compañero Moreno cuando nada se interponía entre ellos y la meta contraria? ¿O el que necesita de una atajada tremenda de su arquero Ochoa, frente al impecable golpe de cabeza de Moukandjo Bilé, para evitar un empate a todas luces injusto en el minuto 90 del partido?
Este es un equipo atildado que entró al Mundial por la ventana; que tiene algunos jugadores, como Giovanni Dos Santos, que parecen más de lo que realmente son; que marcó su único tanto después de una jugada inteligente que pudo asegurar, recién tras un rebote en el arquero, el intermitente Oribe Peralta (de un aire a Maravilla Martínez, por el que el América de México acaba de pagar 10 millones de dólares); que consiguió una victoria justa aun contra los tremendos errores del línea colombiano Humberto Clavijo, que le anuló dos goles a Dos Santos (el segundo, sobre todo, no dejó ninguna duda sobre su auténtica legitimidad); que no será escollo para Brasil y que tendrá que jugársela ante los croatas en el cierre del grupo, en la medida en que el equipo europeo no vaya a perder puntos frente a los africanos.
De aquellos Leones Indomables no quedó ni el espíritu. Ni siquiera (por fortuna) pegan patadas. Apenas un puñado de gatitos mimosos, con Samuel Eto’o y su pancita incipiente, algo del lateral Assou-Ekoto y poco más para rescatar, con escasa técnica y mínimo contagio. El técnico alemán Finke (un clon de Silvio Marzolini, completamente inexpresivo al borde del campo) decidió hacer un cambio recién a diez minutos del final, cuando mandó a Pierre Webó (ex Nacional de Montevideo) a la acción; recién ahí despertaron interés y estuvieron cerca del empate. En conflicto permanente con su federación, no será este equipo camerunés el que deje bien parado al fútbol de Africa en este Mundial.
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