En la primera pelota que tocó en el Mundial, Miroslav Klose se convirtió en uno de los máximos goleadores de la historia de la Copa del Mundo. El único delantero neto de Alemania en Brasil sólo llevaba un minuto en el campo de juego en Fortaleza cuando le pegó el pisotón con la suela a la pelota, salvando a su equipo de la derrota ante Ghana. Cinco goles en Corea/Japón 2002, otros tantos en Alemania 2006 (incluido el del empate contra Argentina, antes de los penales), cuatro en Sudáfrica 2010 y éste de ayer ante Ghana elevan la cuenta a 15, la misma cantidad que Ronaldo. No son pocos, pudo ser alguno más...

Klose evitó la caída de su Selección y pudo haberle dado el triunfo si su derechazo del minuto 88 hubiera tenido un poquito más de puntería. Su gol, en definitiva, cerró un periodo frenético de 20 minutos en el que se produjeron los cuatro goles del partido, tenso en el primer tiempo, emotivo en el complemento. El ejército de tocadores de Alemania esta vez no arrasó el campo, y la sempiterna ingenuidad de los africanos les impidió conquistar un triunfo que podría haber sido histórico; el empate, por el contrario, los deja prácticamente fuera de la Copa del Mundo.

Alemania no dispuso ayer de las mismas libertades que gozó ante Portugal, y lo sufrió. Sin delanteros netos, con seis jugadores del medio hacia adelante que pueden llegar siempre a posición de gol en los papeles, pareció haberse sentido mucho menos cómodo en el intenso calor de Fortaleza que su rival, más acostumbrado a ese rigor. Impedido también de la circulación a causa del buen trabajo de contención ghanés en tres cuartos de cancha, casi desconocido Özil en su trato con el balón, el equipo europeo estuvo lejos de reiterar la imagen de su debut.

Funcionó un poco mejor cuando recuperó la receta de las viejas épocas, más vertical y menos orfebre, y en una de esas jugadas típicas de la Europa de las canchas embarradas, Götze sacó la diferencia tras el centro de Müller, pegándole sucesivamente con la nariz y con la rodilla. Demasiado poco elegante para un aspirante al título. El técnico Löw lo “premió” minutos más tarde colocando a Klose en su lugar. Schweinsteiger, que entró al mismo tiempo por el pálido Khedira, sacudió al equipo y pateó el corner que derivó en el gol del empate final.

Ghana, que en rigor propuso un partido atractivo, lo dio vuelta en un cuarto de hora, con un cabezazo de André Ayew (que será jugador de Marcelo Bielsa en el Olympique Marseille) y con un remate cruzado de Asamoah Gyan, tras un pase inteligente de Muntari. Con ese gol, Gyan alcanzó al mítico Roger Milla como el máximo artillero africano de la Copa del Mundo, ambos con cinco tantos. Los africanos pudieron ganarlo en uno de los últimos lances del encuentro cuando, en un contragolpe, cinco ghaneses quedaron frente a solo tres alemanes, pero en el primer pase largo uno de los hermanitos Ayew la recibió fuera de juego...