DEPORTES › LO INESPERADO, DE COSTA RICA AL PARTIDO CON IRAN
Parecido a una Copa América, las selecciones del continente casi duplicaron sus resultados, mientras equipos “débiles” se llevan por delante a otros que ya fueron campeones.
› Por Eric Nepomuceno
Nadie diría que el fútbol de Costa Rica le daría al pequeño, cordial y civilizado país centroamericano tantos admiradores en Brasil, que hasta podrían reemplazar su población (sí, sí: hoy, son más de cinco millones los brasileños que aplauden con entusiasmo a los ticos). Al fin y al cabo, los antecedentes no eran especialmente animadores: en las eliminatorias del Mundial, Costa Rica quedó en segundo lugar en su grupo, detrás de Estados Unidos. Y en los dos amistosos más recientes, los ticos fueron derrotados por los japoneses (tres a uno) y lograron a duras penas un insulso empate con Irlanda (uno a uno). Del llamado “grupo de la muerte”, era considerado el equipo más débil, frente a Uruguay, Italia e Inglaterra, todos campeones mundiales. Pero bastaron sus victorias indiscutibles sobre Uruguay e Italia, que de paso eliminaron a Inglaterra, para que los brasileños se dieran cuenta de que si todo Mundial siempre trae sorpresas, este que se realiza en el país parece especialmente pródigo.
Por ejemplo: ¿Quién hubiera apostado que Ghana y Alemania terminarían empatados, y que si no fuera por el esfuerzo y el brillo excepcional de Klose los alemanes perderían el partido? ¿Cómo suponer que Ghana sería un adversario más duro y difícil que el Portugal de Cristiano Ronaldo?
Hay más: antes del partido entre Irán y Argentina, las dudas giraban alrededor de una sola cuestión, el número de goles con que el equipo de Messi superaría al adversario. ¿Quién diría que el único gol argentino saldría en los minutos extra? ¿Quién hubiera previsto un partido especialmente sufrido para el equipo que vino como uno de los más fuertes favoritos frente a Irán, que no contó nunca con el fútbol entre sus tradiciones que atraviesan milenios y perduran?
La verdad es que ya no se hacen pronósticos como antes. Por ejemplo: ¿Quién diría que en este principio de Mundial las selecciones latinoamericanas sumarían doce victorias? Con menos de la tercera parte del total de participantes, los equipos del continente ya conquistaron más de la mitad de los puntos disputados. Disputaron 26 partidos, ganaron 12, y de las que vencieron sus dos partidos, tres selecciones –la chilena, la colombiana y la de Costa Rica– no saben lo que es ser campeón mundial.
Otro dato más: desde que se adoptó el actual formato en el Mundial, con 32 equipos participantes, el mejor resultado logrado por el conjunto de selecciones latinoamericanas en esta etapa fue el de 2002, cuando lograron siete victorias. El resultado alcanzado ahora llevó a que los más entusiastas digan que la verdad es que en Brasil no se disputa la Copa del Mundo, sino la Copa América. ¿Quién diría?
Otra sorpresa positiva: luego de las multitudinarias manifestaciones públicas de hace exactamente un año, cuando se disputó en Brasil la Copa de las Confederaciones, se daba por seguro que ocurrirían disturbios serios en el Mundial. Pues hasta ahora, además de encontronazos puntuales entre manifestantes y fuerzas de seguridad, hubo uno y solamente un incidente un poco más grave, en San Pablo. Y aun así, sin mayores consecuencias. También en ese aspecto los oráculos fallaron de manera estrepitosa.
Todavía hay mucho camino por delante y, tal como van las cosas, las sorpresas se multiplicarán. Ayer, los brasileños se fueron a dormir con dudas: no sabían cómo será la formación establecida por Felipao para el partido de mañana, frente a Camerún. Tres titulares –Luiz Gustavo, Thiago Silva y Neymar– recibieron tarjetas amarillas. ¿Se quedarán en el banco, para evitar otro castigo que resultaría en no participar en el primer juego de los octavos? Por las dudas, en la sesión de entrenamiento Felipao probó a Fernandinho, Willian (sí, con “n” al final) y Dante.
Fuera de las canchas, la alegría continúa. Bueno, es verdad que hubo una pelea dura entre brasileños y argentinos en Belo Horizonte, pero nada que ponga en riesgo el clima fiestero observado entre las hinchadas de los dos países, al menos hasta ahora. En Río, un escenario singular llama la atención: sin poder alcanzar el Olimpo de los hoteles y sus precios absurdos (que llegan a dejar hasta los hostales como algo inaccesible para miles de jóvenes turistas), los zaguanes de aeropuertos y de la terminal de autobuses se transformaron en inmensos campamentos. Son chilenos, colombianos, uruguayos, argentinos, peruanos, jóvenes todos. La FIFA creó, tanto en la terminal como en los dos aeropuertos de la ciudad, áreas llamadas “Fun Zone”, destinadas a recibir a los turistas en busca de información. Hay sillones, wifi gratis, alfombras, aparatos de televisión. El espacio del aeropuerto del Galeao fue calculado para recibir hasta 400 personas por día. Ahora, recibe mil. Lo que era para ser un punto de información se transformó en campamento. ¿Quién diría?
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