Desde Brasilia

Después de un comienzo que estuvo lejos de enamorar a sus hinchas, en el que sintió la presión de la localía y el favoritismo, Brasil necesitaba un triunfo contundente como el que logró ayer frente a Camerún, al que derrotó por 4-1 con una gran actuación de su astro Neymar –que anotó dos goles–, de Fred –que consiguió de pecho su primer tanto en el Mundial– y del ingresado Fernandinho. Con esta victoria, el equipo de Luiz Felipe Scolari se adjudicó el Grupo A de la Copa del Mundo con 7 unidades, producto de dos triunfos y un empate, y el próximo sábado, en Belo Horizonte, se enfrentará con Chile, que ayer perdió frente a Holanda y terminó en la segunda posición del Grupo B.

Camerún no tenía mucho por perder y la idea de arruinarle la fiesta a Brasil en su propia casa no era para nada despreciable; quizá por eso salió a jugarle a Brasil como no se animaron a jugarle Croacia y México. Salió a buscar el partido de entrada, y también ahí no más de entrada se encontró con la realidad: si a Brasil se le dejan espacios, no perdona. Esa fue la norma general de un partido en el que Brasil fue absoluto protagonista. Neymar fue el jugador que los hinchas brasileños quieren ver. Por eso, los más de 20 mil hinchas deliraron de alegría ante la primera definición del delantero de Barcelona, tras un centro de Paulinho que recibió solo, sin marca, y no hizo más que acomodar la pelota con la cara interna de su botín derecho para abrir la cuenta.

Pero la alegría duró poco. Una distracción defensiva le permitió a Matip poner el 1-1 y agitar el fantasma de la incertidumbre. Pero Brasil no acusó el golpe y fue por más, con un Neymar inspiradísimo, que apenas diez minutos tardó en volver a poner a su equipo en ventaja, con otro golazo en una jugada en la que pasó entre tres marcadores y se acomodó para sacar un lindo remate que no encontró respuesta en el arquero Itandje.

Y no hizo falta mucho más. El segundo tanto y el empate parcial entre México y Croacia terminó de tranquilizar a todos los brasileños, y el gol de pecho de Fred en el arranque de la segunda parte no hizo más que desatar la alegría por una actuación que se había demorado, pero que todos aquí estaban esperando.

No le gustó nada a Neymar que Scolari decidiera sacarlo para darle descanso en este partido en el que la estaba rompiendo. Lo miró feo. Pero el entrenador del seleccionado local quería también ver un poco a Willian. Otra variante, Fernandinho, que entró bien al partido, como quien no quiere la cosa y tras una muy buena jugada colectiva, anotó el 4-1 final. También quería Scolari que Neymar no se esforzara más. El sábado comenzará para Brasil el verdadero Mundial, en el que no se permiten errores y hay que llegar entonados, como lo hizo ayer Brasil, después de un arranque difícil, cargado de dramatismo.

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