Mar 24.06.2014

DEPORTES  › CRóNICA DE LA ALEGRíA BRASILEñA TRAS LA CLASIFICACIóN A OCTAVOS

A puro samba en las veredas

La goleada sobre Camerún respondió a los deseos de todos los brasileños. Para ellos fue el mejor desempeño en la Copa del Mundo.

› Por Eric Nepomuceno

Desde Río de Janeiro

Penedo está en la sierra, camino a San Pablo, a unos 170 kilómetros de Río. Ha sido fundada por inmigrantes finlandeses hace unos 80 años, y es uno de los sitios de invierno más buscados por los turistas. Un poblado apacible y tranquilo, de clima frío y sereno.

Al anochecer de ayer, Penedo estaba que hervía. Luego de la victoria de Brasil sobre Camerún por el indiscutible 4-1, había parejas de jóvenes bailando samba en la vereda, mientras los automóviles circulaban despacito para que sus pasajeros saludasen a la gente. Casi un carnaval.

La goleada de Brasil sobre Camerún respondió a los deseos de todos los brasileños. Fred se reencontró con el gol, Neymar anotó dos y se transformó en el goleador de la Copa del Mundo, hasta ahora. Luego de un primer tiempo tibio, Brasil creció en el segundo, y ya: se clasificó en primer lugar del Grupo A, y ahora enfrentará a Chile el próximo sábado, en Belo Horizonte. Ha sido el centésimo partido de Brasil en los Mundiales. A Camerún le restaron dos consuelos. El primero: perder ante Brasil no deshonra a ningún equipo. Segundo: precisamente contra el favorito, anotó su único gol en este Mundial.

Chile era el adversario preferido de Felipao y de la selección para la próxima etapa. Reza la tradición: Brasil jamás perdió con Chile en un Mundial. Y si vuelve a jugar como en el segundo tiempo frente a Camerún, se respetará la historia. Ha sido el mejor desempeño de Brasil en este Mundial, y no importa que haya sido contra un equipo más débil: Camerún jugó sin demostrar temor en ningún momento. Un comentarista de radio, más entusiasmado que lo recomendable, llegó a decir, a cierta altura del primer tiempo, que Camerún adoptó una táctica suicida, al pretender enfrentar a Brasil de igual a igual. Pura fiesta, al fin y al cabo.

Los brasileños vieron el partido de ayer con un ojo. El otro estaba concentrado en lo que hacían mexicanos y croatas. Había el riesgo de que, en caso de que anotase muchos goles, México terminase en primer lugar en el grupo. Neymar, Fred y Fernandinho se encargaron de eliminar ese peligro.

Claro que ahora empieza todo otra vez. La nueva etapa es mortal: perder significa hacer las valijas y volverse a casa. De los 23 convocados por Felipao para la selección, 19 juegan en el exterior y tendrán que irse. Sólo cuatro de los seleccionados juegan en Brasil. Pero esa idea no pasa por la cabeza de nadie en la selección, y tampoco en el país.

Luego de la derrota frente a Holanda, los chilenos dijeron que están listos para enfrentar a Brasil y que siguen determinados a seguir avanzando en el Mundial. Ninguna sorpresa. Sorpresa sería decir que ya se sienten derrotados por anticipado. Jorge Valdivia, el mediocampista chileno, al comentar la tradición de su país de no haber vencido nunca a Brasil en un Mundial, ha sido tajante: “La historia existe para ser cambiada”. El sábado se sabrá quién tiene razón, si la historia o Valdivia.

Ha sido un día agitado en Brasil y en el mundo. Marcelo Kós, el brasileño que es uno de los directores de la OPAQ, el organismo de la ONU que trata sobre las armas químicas, alertó sobre el riesgo real de un ataque químico en el conflicto de Siria. En la Argentina siguen las tensas expectativas sobre qué pasará con los fondos buitre que se benefician de una muy discutible decisión de la Justicia norteamericana.

Todo eso importa, y mucho. Pero en la pequeña Penedo, al anochecer de ayer, nada importaba más que festejar. Jessé, el de la Casa da Pedra, que vende todo –fuentes para jardín, ceniceros, platos, cualquier cosa– de piedra, tuvo un buen día. La explicación es simple: “Los hombres van a ver el partido, las mujeres vienen a comprar”. Así son las cosas.

A Río llegó el invierno. Es decir, un invierno carioca: temperaturas amenas, nada preocupantes. La ciudad fue cubierta, en los últimos dos días, por una marea roja: los belgas coparon las calles, antes y después del juego contra Rusia. Antes, para festejar. Después, para festejar con alegría redoblada. Alegres, esos belgas. Quién lo diría...

México enfrentará a Holanda, Brasil enfrentará a Chile. El mundo empieza otra vez. El sábado será el día. A partir de hoy, no habrá vuelta atrás. Es ganar o ganar.

Mientras, queda la explosiva alegría de Fred, quien logró librarse del hechizo y reencontrar el camino del gol. De Neymar, que logró ocupar el puesto de artillero del Mundial (veremos si lo mantiene). Y de las niñas bonitas de Oaxaca y Cuernavaca, Tamaulipas y Veracruz, que tuvieron motivos para festejar.

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