DEPORTES › EN LA EMBAJADA DE SUIZA, COMENTARIOS DIPLOMáTICOS Y DE LOS OTROS
El lugar de Buenos Aires en el que menos se gritó el gol de Angel Di María fue, sin duda, la Residencia Suiza, donde casi un centenar de diplomáticos y estudiantes del país helvético se citó para ver el partido, mientras se servía un copetín en los pasillos de la coqueta mansión de Retiro. Vestidos de rojo, con una cerveza en una mano y un choripán europeo en la otra, los suizos tuvieron casi 120 minutos en los que cobraron confianza en su selección al grito de “¡Schweiz, Schweiz!”, que estallaba cuando algún europeo empezaba un contragolpe contra el arco argentino.
“Suiza no es el trámite que todos esperaban”, advirtió el embajador suizo en la Argentina, Johannes Matyassy, más divertido con la frustración de los argentinos presentes con el 0-0 que esperanzado por un eventual pase a cuartos de final de su selección. Es que las pretensiones de Suiza, amén de los buenos jugadores que presentó, no eran las mismas que las argentinas, lo que anunció el embajador antes del partido al decir que Suiza pasaría a cuartos sólo por la vía de los penales.
“Estamos jugando un buen partido, animado, con chances para los dos equipos. Si seguimos así vamos a tener oportunidad de pasar. Para nosotros, estar en octavos de final y jugarlos contra Argentina es un éxito. Italia, Inglaterra, España, todos son mejores que Suiza, y ya se fueron. Además, Messi es una maravilla. Así que nosotros podemos llegar a perder, no es el fin del mundo. Pero quedar afuera del Mundial para Argentina sería otra cosa”, disparó el diplomático cuando Messi se prestaba a empezar el segundo tiempo.
El empate en la segunda mitad dio paso al tiempo extra, mientras que la vitrina de pretzels giratorios se vació y fue seguida por el postre, aunque ninguno de los equipos se mostraba dulce de cara al gol. Sólo el agónico gol de Di María devolvió la alegría al encuentro, que fue tanto argentina como suiza.
“Fue un partido durísimo”, comentó Enzo Trossero, ex mundialista con Argentina en España ‘82 y DT de la selección de la cruz blanca en las eliminatorias para el Mundial 2002. “El problema no es la defensa, sino que el equipo queda dividido en dos mitades, hay que acompañarlo más a Mascherano en el medio”, comentó. “De todas maneras, creo que este equipo puede llegar a ser campeón.”
Sin el mismo optimismo, los suizos se retiraron saludando al embajador en la puerta mientras invocaban entre sorprendentes sonrisas el palo que salvó el empate suizo en el último minuto de juego. “Sufrieron pero pasaron. Esta vez tuvieron a Dios de su lado, y eso no es casualidad porque el Papa es argentino, por eso tienen buena conexión. Además, fue otro día decisivo de Messi, que jugó muy bien y terminó dando el pase para el gol”, cerró el embajador. Otro suizo fue menos diplomático: “¡Cuánto culo que tienen!”.
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