DEPORTES › OPINIóN
› Por Claudio Morresi *
Sabemos hoy que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad en el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este dato debería llevarnos a la reflexión y al trabajo en torno de modificar los porcentajes de sedentarismo que afectan a nuestro pueblo.
Uno de los objetivos del Observatorio Nacional del Deporte y la Actividad Física (Ondaf), creado recientemente por la presidenta Cristina Fernández y la ministra Alicia Kirchner, es el de concientizar acerca de los beneficios derivados de la práctica del deporte y la actividad física, entendidas éstas como herramientas para la promoción comunitaria y el desarrollo humano y social.
La perspectiva que orientó esta investigación fue la de concebir el juego, la actividad física y el deporte como un derecho de nuestro pueblo. En este sentido, entendemos que a partir de las políticas públicas que se vienen implementando desde el año 2003, se verifican en la actualidad mayores niveles de actividad física y deportiva, en comparación con períodos anteriores. Acciones de gobierno tales como los Juegos Nacionales Evita, “Argentina Nuestra Cancha”, el Programa Nacional de Clubes de Barrio –entre otros de carácter nacional, provincial y municipal– demuestran la voluntad política de avanzar en la orientación mencionada.
Al momento del relevamiento de datos, se verificó que el 50,6 por ciento de los adultos mayores de 18 años no había realizado ninguna “actividad física” en los últimos 30 días con el objetivo de mejorar su condición física. La encuesta comprendía dentro de esta categoría actividades diversas, tales como caminar, nadar, correr, hacer ciclismo, practicar, gimnasia, fútbol u otro deporte.
Algunos datos de la encuesta son, en verdad, significativos. Uno de ellos permite establecer la relación entre el nivel educativo alcanzado por las personas y la práctica de actividad física, en tanto que a mayor nivel educativo del encuestado existe una mayor tendencia a realizar alguna actividad física y viceversa.
El sondeo revela, por ejemplo, que el 70,7 por ciento de las personas encuestadas que no han completado sus estudios primarios afirma no haber realizado ninguna actividad en los últimos 30 días. En cambio, esta cifra disminuye al 58,1 por ciento entre quienes, habiendo completado sus estudios primarios, no han terminado el nivel secundario, y se reduce aún más entre los encuestados que terminaron el nivel secundario o superior. En este último caso, el 41,6 por ciento reconoció haber realizado algún deporte o actividad física.
Es aún más preocupante la situación del primer grupo (personas con nivel educativo primario incompleto): el 54,4 por ciento respondió no haber realizado nunca ningún tipo de actividad física, relación que se reduce al 34,9 por ciento entre quienes terminaron la primaria, pero que no completaron el secundario y al 18,2, por ciento entre quienes culminaron sus estudios secundarios.
Otra de las variables contempladas se refiere a los ingresos de la población. Aquí se ha verificado que a mayor nivel de ingresos corresponde una mayor proporción de personas que realizan alguna actividad física. La práctica aumenta en ambos sexos a medida que se incrementan los niveles de ingresos. Sin embargo, se observan diferencias cercanas al 10 por ciento en favor de los varones, en todos los niveles de ingreso.
Asimismo, se reduce considerablemente la tendencia de la población a realizar actividades físicas ante la existencia de necesidades básicas insatisfechas (NBI). Este dato es muy importante a la hora de diseñar políticas públicas vinculadas con la protección de derechos y la promoción social.
El espacio público (calles, parques, etcétera) es el ámbito predominante para la actividad. La caminata es la práctica sobresaliente (68,5 por ciento), seguida por el fútbol (12,3 por ciento), el uso de la bicicleta (9 por ciento) o el trote (7,4 por ciento). El espacio público es, sin dudas, un ámbito democrático y de uso universal, aunque allí se verifica una marcada preeminencia de las actividades realizadas por mujeres, adultos mayores y por los sectores sociales con menor nivel de escolarización o de ingresos.
Preservar el espacio público, y adecuarlo para la actividad física y deportiva, debe ser un compromiso compartido entre todos los niveles del Estado, comenzando por los municipios y comunas. Junto con ello, resulta necesario continuar apoyando a los clubes de barrio, por sus fines, por su historia y por el lugar que han tenido y tienen en la cultura popular.
Es importante continuar con las acciones transversales que se vienen realizando tales como la AUH, Ingreso Social con Trabajo, Progresar, por nombrar algunas y sumar otras que será preciso sostener en el tiempo.
El futuro tecnológico mundial que se avecina, que llevará a mayores niveles de sedentarismo, nos obliga a seguir repensando las formas de acceso a la actividad física y deportiva de toda nuestra población que, por derecho, se merece.
(La Encuesta Nacional de Actividad Física y Deportiva, ENAFyD, se halla publicada en www.ondaf.gob.ar. La encuesta y su posterior análisis por el profesor Hugo Pasquale fueron realizados en forma conjunta por la Secretaría de Deporte, el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Estadística y Censos durante los años 2009 a 2012 y abarcó una muestra efectiva de 34.732 personas encuestadas, mayores de 18 años, de ambos sexos y que vivían en ciudades de una escala mayor a 5000 habitantes).
* Secretario del Observatorio Nacional del Deporte.
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