El conflicto bélico en Medio Oriente llevó a la Federación Internacional de Tenis (FIT) a quitarle la localía de la Copa Davis a Israel, que debe proponer ahora una sede neutral para el choque del mes próximo ante una Argentina que ve cada vez más viable jugar en Buenos Aires. “Fue una decisión extremadamente difícil”, dijo el español Juan Margets, presidente del comité de Copa Davis, que destacó la “unanimidad en la votación”, celebrada por teleconferencia tras cerca de dos horas de debate acerca de los problemas que implicaba jugar en Tel Aviv.

“Israel tiene derecho a apelar en los próximos cinco días hábiles”, enfatizó a dpa Margets, quien añadió que si los israelíes aceptan la decisión, “cuentan también con cinco días hábiles para proponer una sede neutral” para el choque por la reclasificación al Grupo Mundial, que se disputará del 12 al 14 de septiembre.

Si Israel rechaza la decisión, deberá apelar ante el consejo ejecutivo del ente rector del tenis mundial. Si en cambio la aceptan, la sede neutral que propongan deberá cumplir con una serie de requisitos técnicos. En caso de que éstos no se cumplieran, la posibilidad de que la serie se traslade a la Argentina sería mayor que nunca. “Si Israel finalmente no presentara una sede neutral, el comité de Copa Davis está habilitado para asignar la eliminatoria al equipo visitante”, aseguró Margets.

Esa variante entusiasma a Arturo Grimaldi, presidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT). “No es nada fácil conseguir un lugar neutral para jugar, demanda mucha organización y es muy caro”, dijo Grimaldi en Buenos Aires. El dirigente consideró que un eventual “plan B”, si la FIT lo solicitara, podría ser realizar en el Buenos Aires Lawn Tennis Club (Baltc) la serie por la permanencia en el Grupo Mundial.

“Lo veo difícil para Israel, como lo veo también muy difícil para nosotros organizarlo, aunque hace 30 días que estamos trabajando en esto”, añadió. La FIT pidió ya hace tiempo alternativas de sede a Israel y un análisis a la Argentina acerca de la factibilidad de jugar en Buenos Aires.

El comité de Copa Davis está integrado por siete miembros, entre ellos Margets y el argentino Armando Cervone, que se abstuvo de intervenir en el debate y la votación. Los otros cinco integrantes son de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Australia y Serbia, todos conectados en teleconferencias en horarios muy diversos según el país en el que estuvieran.

El debate tuvo como base el informe enviado a la FIT por Control Risks Group, una empresa británica que asesora a varias de las mayores compañías y organizaciones del mundo acerca de cómo proceder en zonas de conflicto. Impactada por la escalada bélica que ya costó la vida de al menos 1867 palestinos debido a los ataques israelíes por tierra, mar y aire a la Franja de Gaza, la FIT aprovechó la tregua de 72 horas en la zona para tomar la decisión sobre un tema que se debatía desde hacía semanas.

La ATP ya había anunciado el lunes la suspensión del torneo de Tel Aviv, que debía disputarse del 15 al 21 de septiembre tras 18 años de ausencia del calendario. Según el Jerusalem Post, las opciones de sede neutral presentadas por la Federación Israelí de Tenis (ITA) ante la presión de la FIT son cuatro: Nueva York y Delray Beach en los Estados Unidos, Cracovia en Polonia y Tallin en Estonia.

Jugar en Nueva York ofrece la ventaja de que los jugadores se quedarían entrenando allí tras el Abierto de Estados Unidos. Un cambio de sede que convierta en visitante al equipo inicialmente local no es novedad en la Davis: ya le sucedió varias veces a Pakistán, siempre forzado por la FIT.

Si finalmente se jugara en Buenos Aires, el reglamento contempla que Israel tendrá derecho a jugar como local en sus dos próximos choques con Argentina.