Pese al entusiasmo, a la recurrente ausencia de Plan B y a la urgencia que enfrenta el calendario internacional, la Selección Argentina todavía no tiene nuevo entrenador. No es una cuestión de dinero la que separa a Gerardo Martino de la conducción del equipo albiceleste, ya que en la reunión de ayer en Puerto Madero no se discutieron montos, sino cuestiones formales de peso no menor y que están relacionadas con el poder.

Aunque nadie lo admite, la puja por el control absoluto de la Selección es lo que está en juego. Martino habría conseguido uno de sus objetivos, el manejo de la Selección sin injerencias, gracias a los desplazamientos del actual director de Selecciones Nacionales, Carlos Bilardo, que ya se efectivizó, y del titular del Comité de Selecciones Nacionales, Juan Carlos Crespi, quien ni siquiera estuvo en la reunión (se rumoreaba que creía que se haría recién hoy) y su reemplazo por Guillermo Lorente, el titular de Newell’s que fue instrumental en el período en el que Martino dirigió y sacó campeón a Newell’s antes de marcharse al Barcelona de España.

La otra cuestión espinosa es la que traba la posibilidad de acuerdo. Martino pretende tener influencia sobre los seleccionados juveniles, pero el actual técnico del Sub-20, Humberto Grondona –uno de los hijos del fallecido presidente de AFA, Julio Grondona–, no está dispuesto a ceder el cargo y cuenta con una férrea defensa. De hecho, formó parte de la comitiva de AFA que conversó con Martino, que presidió Luis Segura, el reemplazante del antiguo mandamás de la AFA, más el presidente y el vice de Arsenal de Sarandí, Julio Grondona (h) y Miguel Silva, respectivamente. Silva, que además es el secretario de AFA, había defendido públicamente el miércoles el rol del Grondona entrenador.

Los dirigentes pretendían de Martino una respuesta inmediata, dados los próximos compromisos del seleccionado, que arrancan en menos de un mes en Europa. Martino pretende seguir negociando esas cuestiones formales antes de discutir su salario y sus colaboradores, aunque la versión que circuló ayer indicaba que Gabriel Heinze, que jugó los Mundiales de 2006 y 2010 y se retiró recientemente del fútbol, sería uno de los integrantes del nuevo cuerpo técnico de la Selección.

La charla duró algo más de dos horas y al cabo el presidente Segura afirmó que no tenía “nada que anunciar” y fue algo más allá: “Todavía no decidimos. Cuando esté el técnico, ya sea Martino u otro, lo vamos a anunciar en conferencia de prensa. No vamos a contar todo lo que pasó”, afirmó el dirigente.

El técnico, de 51 años, será oficializado como sucesor de Alejandro Sabella en las próximas horas sólo si se resuelven esos aspectos de la negociación todavía pendientes.