El Atlético de Madrid consiguió ayer su segunda Supercopa de España, el quinto título de la era Simeone, con un triunfo claro, transformado por el croata Mario Mandzukic a los 80 segundos de juego, contra un Real Madrid intermitente y que todavía está muy lejos de su versión.

Nunca se sintió seguro el conjunto blanco, ni siquiera en el tramo de 20 minutos del primer tiempo en el que contó sus mejores ocasiones de un partido que casi siempre se movió en el terreno que quiso el Atlético, desde que marcó el 1-0 en el arranque y empezó a encarrilar la serie que ya había comenzado a ganar en la ida con el 1-1 en el Bernabeu. Todo nació en un mal rechazo de Sergio Ramos, que Mandzukic, el refuerzo que llegó para reemplazar a Diego Costa, capitalizó con un derechazo cruzado.

Ya en la segunda parte, Real Madrid adelantó sus líneas y mandó al campo a Cristiano Ronaldo, que arrancó el juego en el banco de suplentes. Sin embargo, sus ataques carecieron de profundidad y explosión, por lo que se sintió la ausencia de Angel Di María. Del otro lado, el Aleti, a esa altura dirigido por Germán Burgos por la expulsión de Simeone, hacía su negocio refugiado atrás y partiendo rápido de contragolpe. Por esa vía, lastimó y estuvo cerca de marcar otro gol. No lo consiguió, pero igual le alcanzó para alzar un nuevo trofeo.

“Estoy feliz y contento con el trabajo de los chicos con un grupo que sigue luchando contra todo”, valoró Simeone, que igualmente no ve a su equipo candidato para la Liga que comienza esta tarde. “A uno o dos partidos o un partido todos tenemos opciones y posibilidades aunque sea difícil. A 34 partidos es más difícil. El Barcelona, sin hacer una buena Liga, tuvo opciones hasta el final. Y el Real Madrid. Esta vez salió bien”, aseguró Simeone, que pidió disculpas por su expulsión: “Fue por la ansiedad. Pido disculpas al árbitro si se sintió mal”.