DEPORTES › BOCA GANABA EN ROSARIO, PERO CENTRAL SE LO EMPATO EN EL DESCUENTO
Con la impronta que le imprimió la llegada del Vasco Arruabarrena, el equipo xeneize se llevaba un triunfo clave por la Sudamericana, pero los dirigidos por Russo, de tiro libre, a los 96 minutos, le ahogaron el festejo.
Boca volvió a jugar bien ayer en Rosario y, con un gol de Marín, se llevaba una victoria clave en el partido de ida por la segunda fase de la Copa Sudamericana; sin embargo, Central no le aflojó y en la última jugada del partido, con un tiro libre del ingresado Becker, se lo empató 1-1. La revancha se jugará el miércoles 17 de septiembre en la Bombonera. El ganador de la llave enfrentará por los octavos de final al vencedor de Caracas de Venezuela y Deportivo Capiatá de Paraguay.
Después de un recibimiento de los equipos a todo color, con petardos, bombas de estruendo, bengalas y hasta alguna que otra piedra –como la que le cortó el cuero cabelludo a Orion antes del inicio del partido–, el partido prometía ser un buen espectáculo. Sin embargo, durante los primeros minutos, mientras los equipos se terminaban de acomodar en la cancha, lo único que se vio fue fricción y todo tipo de faltas que el árbitro Mauro Vigliano dejaba pasar, sin criterio.
Boca era el que más recibía, y el bueno de Meli, que se hacía espacios a puro talento, era el blanco favorito. Parejo en el desorden y el abuso de las faltas en diferentes sectores de la cancha, el equipo de Arruabarrena parecía estar un poco mejor que el de Russo con la pelota y, por momentos, sorprendía con toques rápidos y precisos para llegar con peligro al arco que defendía el conjunto rosarino.
Central apostaba al pelotazo para Abreu, que pivoteaba y descargaba para Medina o Aguirre, los volantes que subían por las bandas, pero llegaba poco y nada al arco de Orion, bien protegido por la última línea boquense. Es más: tan bien estaban los defensores visitantes que el Cata Díaz tuvo una chance de gol, pero Caranta le ahogó el grito; y fue Marín el que, a los 39, luego de una corrida con enganche incluida, sacó un centro cerrado que Chávez no llegó a cabecear, pero sí consiguió entorpecer la visión de Caranta, que terminó acompañando la pelota que se le metió por el segundo palo. La ventaja era justa, porque Boca, con Meli y Calleri inspirados, era más práctico con la pelota y entregaba una mejor imagen que su rival.
En el arranque de la segunda parte, por la vía del pelotazo para Abreu, Central estuvo cerca del empate. Acuña recibió la descarga, se acomodó y cuando quedaba mano a mano frente a Orion sacó un remate débil que le permitió al arquero contener el disparo. Cuando Boca pareció aflojar, Central se le fue encima y volvió a exigir al arquero Orion en una jugada que trajo polémica, porque hinchas y jugadores vieron una clara mano de Marín, que Vigliano –como en toda la noche– no vio, ni cobró. Después fue el travesaño el que salvó a Boca del empate. El equipo visitante se metía peligrosamente atrás y ya no era el mismo de la primera parte.
Boca sufrió las embestidas del conjunto rosarino durante el último tramo del partido y parecía aguantar la presión. Pero Central, que se había quedado con diez por la expulsión de Donatti, presionó y se lo empató en el sexto minuto de descuento con un tiro libre de Becker que se desvió en Meli y desacomodó a Orion.
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