DEPORTES › EL MI ALAN PICHOT SE CONSAGRó EN SUDáFRICA
El ajedrecista formado en el Círculo Torre Blanca ganó nueve partidas de once, siendo el sexto favorito entre 94 participantes. Es el quinto argentino en alcanzar un logro semejante.
El ajedrez argentino vuelve a lo más alto: Alan Pichot es campeón mundial. La historia del ajedrez argentino conoció ayer el logro más importante de lo que va del siglo XXI. El Maestro Internacional Alan Pichot se coronó campeón mundial en la categoría Sub-16. Así, se convirtió en el quinto argentino en lograr el máximo título de la agenda internacional en categorías juveniles, después de Oscar Panno en 1953, Carlos Bielicky en 1959, Marcelo Tempone en 1979 y Pablo Zarnicki en 1992. El torneo se disputó en la ciudad de Durban, ubicada en la provincia de Natal, Su-dáfrica, desde el 19 hasta el 29 de septiembre. Participaron, además de Pichot, los argentinos Tomás Sosa en el Sub-16 (puesto 23), Guadalupe Besso en el Sub-16 femenino (puesto 22), y Nino Di Giannantonio en el Sub-18 (puesto 26). El campeón, formado en el Círculo de Ajedrez Torre Blanca, ganó 9 de los 11 encuentros, sin hacer tablas. Venció con piezas blancas en la última ronda al ruso Maxim Litvinov y así logró la punta en soledad, escoltado por el indio MI Aravindh Chithambaram Vr. y el francés Bilel Bellahcene.
Desde hace varios años, cada vez que Pichot se sienta frente a un tablero suscita la atención de todo el arco ajedrecístico local. Esta vez la expectativa era grande, pero nadie desconocía las dificultades que el joven maestro tendría que enfrentar en la competencia. Cinco jugadores de Europa y Asia lo antecedían en el orden de preclasificación. Alan se ubicaba como sexto favorito en el torneo en el que participaron 94 jugadores de todo el mundo. Antes de viajar a Sudáfrica, Página/12 mantuvo una conversación conjunta con él y con el GM Oscar Panno que será publicada en la sección Ajedrez el próximo martes. Allí Alan habló de la preparación: “Muchos secretos no tengo, me estoy entrenando ahora para el mundial con todo lo que puedo hacer, viendo qué juega cada rival de la lista de inscriptos. Pienso que la mayoría de los jugadores tiene un poco más de experiencia que yo, ya que tienen la posibilidad de jugar con rivales más fuertes, en Europa, entonces me parece que la preparación así, dura, con la computadora, con los entrenadores, puede ser muy positiva para encarar un torneo así”.
En la actualidad Pichot tiene dos entrenadores: el Gran Maestro Sandro Mareco, que lo acompañó en el viaje, y el Gran Maestro Sergio Slipak. Este último, al ser consultado por Página/12 acerca de la personalidad del campeón dijo: “Creo que la característica más destacada es su enorme fuerza competitiva. Su ambición por buscar el punto en cada partida le permite ganar una gran cantidad de encuentros frente a rivales difíciles. Naturalmente, cuando se arriesga mucho, existe la posibilidad de perder, por eso algo fundamental en quienes buscan la victoria a cualquier precio es su capacidad de reponerse de las derrotas. Alan lo hace perfectamente, en este mundial tuvimos una prueba de ello. Perdió en la quinta ronda y luego ganó cuatro seguidas. Perdió luego la anteúltima y ganó de modo excelente la última. Algo muy difícil de hacer. También es un gran logro de Alan haber unido a su enorme talento natural, una gran capacidad de estudio, algo que consiguió recién en los dos últimos años”.
Con sólo 16 años, junto con el título mundial, Alan obtuvo su primera norma de Gran Maestro. Sólo le restan dos más para alcanzar la máxima distinción de la jerarquía ajedrecística. Mañana a las 21.30 arribará a Ezeiza, donde se espera que cientos de aficionados, familiares y amigos lo reciban con la alegría de tener un nuevo campeón mundial en nuestro país.
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