Es cierto que “antes” había algunas cuestiones de toda índole que por estos tiempos añoramos. Pero aquello tan difundido de “todo tiempo pasado fue mejor” las más de las veces suena a arbitrariedad o por lo menos a simplificación. Es que “todo tiempo pasado fue pasado”.

Décadas atrás se jugaba un torneo de fútbol de los llamados “largos” con partido y revancha y, salvo excepciones, con un descenso y un ascenso. No había torneos de verano, aunque sí algunas giras de equipos al interior y al exterior, así como amistosos y partidos por alguna copa, generalmente nocturnos. La Copa Libertadores de América comenzó a jugarse a fines de la década de 1950, aunque ya desde décadas atrás existía el Campeonato Sudamericano.

Los tiempos modernos cambiaron sustancialmente los hábitos, y en esta época no alcanzan las fechas para cumplir con todos los compromisos. Además del campeonato vernáculo, las acuciantes situaciones financieras de clubes administrados muchas veces por filibusteros obligaron a inventos berretas como la Copa Argentina y la Copa Sudamericana.

Sin embargo, y tal como sucede con los dineros que reciben la AFA y las instituciones de Fútbol para Todos, nada alcanza para, en la mayoría de los casos, sanear aunque más no fuere la “caja chica” de lo que falazmente se denominan “instituciones sin fines de lucro”.