DEPORTES › FUTBOL > UN CAMPEONATO QUE LEVANTó LA PUNTERíA DE LOS ARTILLEROS
En el Transición 2014 que consagró a Racing se gritaron casi 500 tantos, un 20 por ciento más que en el torneo anterior. Se vio mejor fútbol, lo que reflejan las cifras, con equipos que fueron más al ataque y produjeron menos empates sin goles.
› Por Pablo Vignone
Un torneo sin angustias ni promedios produjo el fútbol más destacado de los últimos tiempos, lo que se vio reflejado en un aumento significativo de la cantidad de goles y en una disminución para el aplauso de partidos en los que no se abrió el marcador. El Torneo de Transición 2014 no se caracterizó solamente por el desarrollo atractivo en la tabla de posiciones, con River liderando desde la 5ª hasta la 16ª fecha del torneo y con Racing ganando en la atropellada final, sino también por el juego desplegado por buena parte de los equipos y las propuestas agresivas que no eran moneda corriente en el medio local.
Se cayó San Lorenzo de la primera mitad del año a la segunda, con el plantel diezmado, pero levantó considerablemente River, que había sido campeón del Final 2014, con la llegada de Marcelo Gallardo a la dirección técnica y una idea de juego sumamente audaz, basada en la recuperación rápida y en el aprovechamiento de los espacios del terreno de juego; y lo mismo puede decirse de Racing, que sumó a Diego Cocca (que había transformado a Defensa y Justicia en el mejor equipo de la B Nacional en el torneo 2013/2014) y repatrió a Diego Milito, quien terminó siendo el mejor futbolista del torneo.
Independiente regresó a Primera con una propuesta muy agresiva, con hasta seis jugadores en posición de ataque durante muchos partidos. Con propuestas similares se destacaron, aunque no siempre les diera resultado, equipos como Lanús (que llegó a pelear la punta) o Banfield (que hizo grandes partidos, pero sumó menos de la mitad de puntos que el campeón). El único grande que nunca hizo pie resultó Boca, que se desprendió de Riquelme pretendiendo que con ello se solucionarían todos sus problemas, y terminó despidiendo a un prócer del club como Carlos Bianchi.
Como resultado de tanta apertura, se abrieron también los arcos. Se marcaron en el torneo 491 goles, lo que supone un promedio de 2,58 tantos por encuentro, una media muy superior a las que venían registrándose en torneos precedentes, dominados por la mezquindad y el temor a perder, dos caras de la misma moneda. En el torneo Final 2014, que se disputó de febrero a mayo, y en el que se definieron tres descensos, se marcó un 20 por ciento menos de goles que en el certamen que acaba de consagrar a Racing. Fueron apenas 400 tantos en 190 partidos, con un promedio de 2,1 goles.
La oleada goleadora fue frecuente en este último certamen. En 45 partidos (casi uno de cada cuatro) se convirtieron cuatro o más goles, siendo el 5–3 de la victoria de Independiente sobre Quilmes en la séptima fecha el encuentro con mayor cantidad de tantos (8) del certamen; un salto respecto del Final 2014, en el que sólo 33 encuentros registraron cuatro o más gritos de gol, y en apenas tres de ellos se marcaron seis tantos.
En ese mismo torneo Final, 58 de los 190 partidos (el 30 por ciento) fueron empates; de ellos, 31 (más de uno y medio por fecha) terminaron igualados sin goles. Esa cifra conservadora se redujo saludablemente a la tercera parte en este Transición 2014: sólo hubo 13 empates sin goles entre los 45 registrados en todo el campeonato. Puede decirse que hubo más disposición a atacar, más voluntad de ganar partidos, acaso alejada de manera momentánea la voluntad por sumar puntos a cualquier costo.
Por esa razón los técnicos la pasaron un poquito mejor durante el certamen: cinco equipos (Boca, Tigre, Godoy Cruz, Central y Quilmes) cambiaron de entrenador durante el transcurso de las 19 fechas, pero en el caso de Central Miguel Russo renunció tras perder la Copa Argentina ante Huracán y en Quilmes se produjo una revolución palaciega de cara al próximo torneo que hizo que Pablo Quatrocchi se quedara sin dirigir al equipo en la última fecha.
En el torneo anterior, el Final 2014, cuatro clubes habían cambiado a su entrenador y uno, como Racing, en varias oportunidades. La racha de un entrenador destituido cada dos partidos, que durante un tiempo fue norma en el fútbol local, pasó de moda.
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