La grandeza y la decadencia del fútbol nacional conviven superpuestas desde el fondo de su historia. También las vueltas olímpicas y los balances a pérdida. El deporte y la economía que lo alimenta no pueden disociarse, como no puede disociarse a la AFA –que regula la actividad– de sus clubes. Un ejemplo clarito es el de Argentinos Juniors. Del que se fue con licencia su presidente, Luis Segura, para ponerse al frente de la nave mayor cuando falleció Julio Grondona. Resulta que ahora, cuando se levantan las copas de fin de año, la institución de La Paternal es, según Rubén Forastiero, su vicepresidente segundo en ejercicio del máximo cargo, “... casi en un velorio” (Argentinos Pasión Radio, AM 610). ¿Cómo se explica esa definición –a propósito de la renuncia indeclinable de ocho representantes de la oposición en la comisión directiva– si el equipo acaba de regresar a Primera? Muy simple.

No sólo quedó un oficialismo deshilachado al frente del gobierno. El club está muy mal. Debía 118.751.958,58 pesos al 30 de junio que siguen incrementándose, no presentó los balances en término en la IGJ, el plantel puede desguazarse y 2015 se vislumbra muy conflictivo en lo político con elecciones en Argentinos y en la propia AFA, donde Segura cumplirá un papel clave si no se lo fagocitan antes.

En la última reunión del año de la comisión que encabeza Forastiero, apareció el presidente en uso de licencia. Los dirigentes presentes lo esperaban como “al Mesías”, según definió uno de ellos en riguroso off con Página/12. Pero sus palabras no sonaron demasiado dulces a los oídos de la audiencia: “Hay que vender a dos jugadores, no hay otra”. Su club, el mismo que presidió hasta el 31 de julio, tiene cada vez más vaciada su conducción. El 18 de diciembre pasado renunciaron cuatro vocales titulares, cuatro suplentes y el representante opositor en el órgano de fiscalización.

La agrupación Argentinos Crece, a la que pertenecían, difundió un comunicado: “Los motivos son el grave avasallamiento institucional instaurado por el oficialismo, el cual tuvo su punto máximo hoy, cuando advertimos que se quisieron modificar los hechos acontecidos en las actas de la última reunión de CD y se ignorará el pedido de votación a elecciones anticipadas propuestas en la misma, como también el cambio unilateral e ilegal de la fecha de la asamblea”. El texto agregaba que Argentinos Juniors vive “su peor crisis institucional y económica de toda su rica historia”.

Forastiero dijo en la misma entrevista concedida a Argentinos Pasión que el balance era “un tema menor en comparación con la deuda del club. Lo importante es manejarnos bien y tendremos que adecuarnos a la nueva realidad, que es la reducción de las partidas que la AFA les pasa a los clubes”. Durante el reportaje, también dejó una señal de hasta dónde sigue participando el presidente licenciado en los hechos trascendentes: “Todavía no hablamos nada con Riquelme, eso lo está manejando directamente Luis Segura con su representante, Daniel Bolotnicoff”.

Las responsabilidades de gobierno de Segura –queda claro a esta altura– van por una doble vía. No dejó de manejar los asuntos clave del club y preside la AFA al mismo tiempo. Por lo tanto, es culpable de lo que pasa ahora igual que antes, como lo señala la Agrupación del Hincha que cuestiona de manera idéntica a oficialistas y opositores que renunciaron: “Muchos de todos ustedes, socios cómplices del silencio, terminaron siendo más oficialistas que el propio oficialismo, cuando muchos años atrás les nombrabas a Segura y era como nombrar el diablo... ¿Se acuerdan? Entonces, miren un poco para adentro. Claro que está bien reconocer los errores y cambiar de opinión, sólo que se acordaron un poco tarde. Cuando lamentablemente el barco se hunde de una manera gravísima y el cambio de timón es inevitable. ¿Qué raro no?”.

La deuda de Argentinos está explicada en el balance que, según un comunicado de su directiva del 16 de diciembre, sigue sin presentarse porque no se pudo contar “con los libros contables, respaldo documental, CPU, entre otros elementos necesarios para su correcta confección, debido a los allanamientos que son de público conocimiento a todos los clubes en el marco de la causa Fútbol para Todos, que tramita por ante el Juzgado Federal de la doctora María Romilda Servini de Cubría”.

Aún sin estar oficializados, algunos de los datos contables al 30 de junio último son: un déficit operativo mensual de 2.500.000 pesos; juicios estimados a pagar por 15.500.000; la deuda corriente de 95.610.897,97 y la no corriente de 23.141.060,61; y el pasivo que llegaba a 118.751.958,58. Según una fuente oficialista esa cifra rondaría hoy los 125 millones, aunque desde la oposición la elevan a más de 140 millones. El club también está zarandeado por la política nacional. Segura intenta maniobrar con la prudencia que le exige su cargo al frente de la AFA en vísperas de un año que será electoral. El gobierno nacional le marcó el territorio en un tema estratégico como el Fútbol para Todos. También en la composición del Comité Ejecutivo, donde veía con natural desconfianza la presencia de Daniel Angelici, un radical PRO, en la línea sucesoria de la AFA. O cuando se reunió con Sergio Massa, un candidato con el cual tiene empatía desde la época en que presidía a Tigre.

Para Segura, cualquier paso en falso en la política podría privarlo de consagrarse en la votación prevista para octubre de 2015, de la que saldrá el presidente que gobernará la AFA los próximos cuatro años. Argentinos Juniors, al menos en lo formal, quedó en manos de un dirigente que también simpatiza con el candidato del Frente Renovador. Tampoco resulta menor el dato de que su hijo, Gonzalo Forastiero, es uno de los referentes porteños de Massa y abrió el primer local del FR en la ciudad de Buenos Aires, sobre Juan B. Justo 5097, en el barrio de La Paternal. En 2011 había integrado la lista de candidatos a legisladores radicales que encabezaba Silvana Giúdici. En el club ocupa el cargo de vocal, al igual que uno de los dos hijos de Segura, Luis Fernando, con quien mantiene diferencias por el manejo del fútbol profesional.

Argentinos hoy está lejos de ser un modelo a imitar, como lo indican ciertas marcas en su historia deportiva que dejó la gestión de Segura. Dos descensos de los cuatro que sufrió el club en sus 110 años de vida. Las cuatro promociones sobre cinco que jugó con la dirigencia actual. El fútbol, la economía y la manera de gobernar no pueden separarse, porque un título –como el que obtuvo con Claudio Borghi como entrenador en el torneo Clausura 2010– ni siquiera llegó a árbol para tapar al bosque. Lo mismo puede decirse del reciente ascenso. Los socios e hinchas de Argentinos Juniors no comen vidrio.

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