El fracaso en instalar un sistema de apuestas por Internet y teléfonos móviles dejó como insólita herencia un torneo argentino de fútbol con 30 equipos de Primera, por única vez hasta volver paulatinamente a la normalidad, y que se disputará desde hoy hasta noviembre. La idea que barajaba el ex presidente de la liga local Julio Grondona, fallecido en julio pasado, era financiar a los clubes con el aluvión de dinero que llovería de las apuestas. Pero las empresas interesadas se bajaron del tren por razones jamás explicadas.

Hasta llegaron a bautizarlo Prode Bancado por Pronósticos Deportivos. Se aumentaron de 20 a 30 los competidores. Pero apareció un enemigo temible. La Iglesia Católica se opuso entonces al afirmar que “favorecerá el blanqueo de dinero proveniente del delito y la corrupción, además de promover la ludopatía”. Incluso el papa Francisco le rogó a Grondona que desistiera.

Sin descensos en Primera, el torneo de la B Nacional de la segunda mitad de 2014 fue un éxito, con diez ascensos en juego, aunque no coronó a un campeón. Los equipos invirtieron mucho dinero para reforzarse. Hubo millares de hinchas emocionados en ver a sus clubes, algunos por primera vez, en el escenario mayor, pero nadie tuvo la osadía de mandarlos de nuevo a la B porque se ganaron en la cancha su derecho a subir. “Fue un exabrupto subir diez equipos y más grande hubiese sido descender a diez”, afirmó en su momento Armando Pérez, el presidente de Belgrano.

Así quedó firme el certamen de 30 participantes, con largos viajes y planteles caros, aunque pesen una tonelada en las endeudadas arcas de las entidades. Grondona, el hombre que estuvo 35 años al frente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y fue vice de la FIFA, no pudo ver el desmoronamiento de una obra con la que soñó durante casi diez años.

En noviembre de 2014, la empresa Santa Mónica, que maneja la imagen de la Selección Argentina, renunció al plan. Antes se había apartado el zar del juego Cristóbal López. “Cuando nos explicó Grondona que era más televisable, más atractivo, nos convenció. Ahora hay que normalizar lo antes posible este torneo”, dijo el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens. Su vice, Marcelo Tinelli, no renuncia a tener influencia sobre el Programa Fútbol para Todos.

Acorralada, la AFA programó para los próximos años torneos en los que será mayor la cantidad de descensos que la de ascensos para poner sensatez en la cifra de competidores. No es la primera vez que hay 30 o más equipos en Primera en el fútbol argentino. Entre 1967 y 1985 se creó un Campeonato Nacional, pero se disputaba por zonas y no duraba más de cuatro meses.

Grondona aspiraba a un gran torneo federal, pero de los 24 distritos del país se mantiene la hegemonía de la capital, la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y San Juan, con un solo debutante proveniente de Misiones.

Hace doce años, la empresa de ómnibus Crucero del Norte tenía un equipo de fútbol de salón, que se destacaba en los torneos comerciales de Posadas. Por eso, empleados y los dueños de la empresa decidieron fundar en 2003 la Asociación Mutual del Personal de Crucero del Norte, que comenzó a participar en los campeonatos de la liga local. El ascenso de Crucero del Norte fue vertiginoso y escaló por las distintas divisiones hasta que en 2012 llegó a la B Nacional, y con los diez ascensos del último torneo, cumplió la meta de subir a Primera.

Hasta mediados de 2014, Chicago y Temperley militaban en la B Metropolitana, la tercera división del fútbol local. Sin embargo, saltaron dos categorías en cuatro meses, tras ascender primero a la B Nacional y después a la máxima división. Temperley no juega en Primera desde 1987; Chicago, desde 2007.