“Huracán hizo un partido muy inteligente. Los jugadores estuvieron concentrados al 150 por ciento, hubo orden y una actitud única por eso le ganamos a River. Tengo un plantel que ante la adversidad se fortalece, esa es la realidad”, asegura Néstor Apuzzo, el entrenador del Huracán Supercampeón del fútbol argentina.

–¿Cómo pensó el partido para superar a River?

–Lo planifiqué sabiendo que a River había que atacarlo por afuera. Haciendo un 4-3-3 en ofensiva y en el regreso, defensivamente, parándonos con un 4-4-1-1. Bien marcado Wanchope (Abila) en el medio de los centrales y (Patricio) Toranzo encima de (Matías) Kranevitter. Y después, que tanto (Edson) Puch de un lado y (Cristian) Espinoza del otro, terminaran como ocho y como diez en el retroceso. Los cuatro del fondo bien parados y el doble cinco. Salió bien. A partir de ese orden, de esa gran actitud que tuvieron y de esa concentración, se logró ese resultado. También con un gran Marcos Díaz, que apareció cuando lo precisábamos en los últimos diez minutos. La verdad que, sobre el final, los jugadores estaban cansados realmente por el gran viaje que habíamos hecho a Venezuela.

–¿El festejo por el título reciente quita un poco la amargura por la eliminación de la Copa Libertadores?

–Sí, creo que para Huracán estos seis meses fueron brillantes. Los dos objetivos del año pasado los cumplimos: ascender y la Copa Argentina. Y para este fuimos por tres objetivos. El primero era ingresar a la Libertadores, fuimos a Perú y lo logramos. Dejamos afuera a Alianza Lima. El segundo objetivo era tratar de estar entre los 16 mejores de Sudamérica y no se cumplió. El quinto objetivo, el tercero de este año, era sumar otra estrella para el club y gracias a Dios se cumplió. Después de tantísimos años, que Huracán de cinco objetivos consiga cuatro es algo brillante. Así que bienvenido sea. Enseguida nos pudimos sacar la bronca y la amargura de haber quedado afuera, creo que injustamente, porque Huracán realmente jugó mal el último partido nada más. En un grupo tan apretado y con Cruzeiro como cabeza, al que le sacamos cuatro puntos de seis, da mucha bronca quedarte afuera. Pero ya pasó y estamos festejando de vuelta. Ya estamos con la cabeza puesta en recuperarnos en el torneo local, donde todavía estamos en deuda y tenemos que afianzarnos.

–Recién habló de lo numérico y desde ese aspecto, contando los dos títulos conseguidos, se convirtió en el técnico más ganador de la historia del club. ¿Qué reflexión le merece?

–Soy un agradecido a Dios, un agradecido a los futbolistas. Sin ellos yo no hubiera logrado esto. Es un plantel espectacular, de grandes jugadores y mejores personas. Así que soy un agradecido a todos. Las cuatro patas están fuertes. La dirigencial, la de los futbolistas, la del cuerpo técnico y la de los hinchas, ya que realmente quieren al club. Me siento orgulloso de poder haber aportado mi granito de arena para lograr estos dos objetivos. Y bueno, ahora hay que tratar en el día a día de seguir mejorando como entrenador y lo otro, como persona, sé qué clase de persona soy. Los jugadores me demuestran su cariño continuamente, no sólo los que dirijo ahora, sino los que han pasado por mí. Eso es lo que te llena. Me siento orgulloso porque, para mí, Huracán es mi segunda casa.

–Las paradojas del fútbol argentino marcan que si bien es el entrenador más ganador del club, también se habló de su salida. De que podía llegar a engrosar la lista de ocho técnico que en diez fechas perdieron el puesto.

–Eso fue todo mentira. El presidente del club me da un apoyo enorme, igual que los futbolistas. Fue todo obra de gente que le gusta ver correr sangre. Porque ni se había hablado de eso. Nosotros sabíamos que si con River nos iba mal, que la mayoría pensaba eso, iba a continuar igual con el desafío de colocar al equipo bien posicionado en el torneo local. Estamos hablando de un proyecto a largo plazo, con el presidente a la cabeza y con la comisión directiva. Esa es la idea. Una unión muy grande entre lo que es la Primera y las divisiones inferiores, estamos abocados a eso también. Así que ni se me había pasado por la cabeza ni me lo iban a permitir, porque me lo dijo abiertamente el presidente y también me apoyan los jugadores. Ya pasó. Entiendo el folklore del fútbol, pero a veces hay que ser medidos cuando se habla. Así que tranquilo, hoy Huracán tiene una estrella más, estamos de vuelta jugando copas internacionales (clasificó a la próxima Copa Sudamericana).

–¿Qué objetivo traza para el equipo en el torneo local de acá fin de año?

–Huracán tiene que posicionarse, mínimo, en la mitad de tabla. Para estar tranquilos con el promedio para el año que viene y saber que hasta el puesto 17º jugás un repechaje para la Sudamericana de 2016. También este año vamos a estar en la Sudamericana. Vamos a apuntar a eso, a jugar otra vez como mínimo un repechaje en una copa internacional. Trataremos de ir recuperándonos y hay plantel como para hacerlo. Después, el gran objetivo que tenemos con el presidente y con los dirigentes es que el equipo, en un año y medio o dos, tengo al 80 por ciento de los jugadores de inferiores en Primera División. Sería algo grandioso y brillante. Así que vamos a apuntar a seguir sacando futbolistas que sean 100 por ciento del club. Como lo fue Gonzalo Martínez, como lo es Espinoza, Romero Gamarra o Villarrueal. Ya tenemos varios pollitos que están asomando en inferiores como para que eso suceda en un año y medio o dos.

Entrevistó: Leonel Lenga.