Mar 23.06.2015

DEPORTES

Eterno Ramón

El Pelado Díaz cambió los cuestionamientos en Paraguay por elogios ante los resultados que está obteniendo su selección en la Copa América.

Gladiador de mil batallas, Ramón Díaz llegó a la Copa América en silencio al mando de un alicaído Paraguay y en apenas tres partidos cambió la pisada, contagió a su equipo de su temple ganador y ahora va por dar el batacazo ante Brasil. Un sorprendente empate ante Argentina 2-2, una victoria ante Jamaica (1-0) y la igualdad ante Uruguay le dieron a su equipo la clasificación a cuartos de final elevando a las nubes el ánimo guaraní.

La remontada en el debut tras ir en desventaja 2-0 desató el festejo del Pelado Díaz dejando en evidencia la personalidad explosiva y alejada de convencionalismos que ya son su marca registrada. “¿Cómo no lo voy a festejar?”, respondió el timonel al ser consultado sobre la lluvia de críticas que recibió en su Argentina natal por la alegría que demostró cuando otro argentino, Lucas Barrios, anotó en el minuto final el sorpresivo empate para los paraguayos. “Estoy muy tranquilo porque hago lo que siento y cuando hacés lo que sentís lo que dicen los demás se deja de lado”, soltó desafiante Díaz, acostumbrado a encender tempestades por salirse del libreto que los códigos del fútbol marcan para los entrenadores.

Al frente de la selección de Paraguay busca despertar a un equipo que, tras décadas de protagonismo en Sudamérica, cayó en un pozo que lo dejó fuera de la Copa del Mundo de Brasil. Y, después de enfrentar los más duros cuestionamientos, ahora goza con el momento que vive.

“Es un vago, no trabaja. Llevó a jugadores que ya están para terminar su carrera. Los que estamos en el ambiente del fútbol lo conocemos” lo criticó José Luis Chilavert. Sin perder su pícara sonrisa, Díaz respondió indirectamente. Apostó a mantener a históricos como el goleador Roque Santa Cruz y el arquero Justo Villar y sumar algunos jóvenes como el mediocampista Derlis González como punta de lanza de una necesaria renovación del equipo. Eso sin perder las mañas. El Paraguay de Ramón Díaz va tomando forma con toques típicos del juego pretendido por el entrenador que apuesta a la salida por las bandas y al juego vertical para hacerse fuerte arriba.

“Vinimos con un objetivo y lo estamos cumpliendo. Las expectativas son muy altas; la gente se está ilusionado. Hace mucho tiempo que la gente no tenía una alegría y eso es muy bueno”, opinó el veterano zaguero Paulo Da Silva. “Sabemos que esto se juega a matar o morir. Cuando el lado bueno viene hay que agarrarlo”, afirmó. Paraguay se mide el sábado en cuartos de final contra Brasil, en Concepción. “Hay una gran oportunidad de avanzar estando concentrados y aprovechar una pelota parada, el gran momento de nuestros delanteros, defendernos bien y agruparnos bien” estimó Da Silva.

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