DEPORTES › EL DUELO DE MAÑANA PROMETE SER DE LO MEJOR QUE SE HAYA VISTO EN EL TORNEO
Argentina tiene sólidos argumentos para quedarse con el título y entre ellos, como siempre, se encuentra Lionel Messi. El conjunto local se apoyará en su público y en las capacidades de Arturo Vidal y Alexis Sánchez.
› Por Pablo Vignone
1 No arrancan en igualdad. Llegaron a la final los dos mejores equipos de la Copa América, no hay discusión. Los más goleadores, los que protagonizaron partidos más atractivos, los que dejaron menos dudas sobre sus rendimientos. Pero no están en un pie de igualdad. La riqueza técnica argentina es, jugador por jugador, superior en grado. Chile contará con la notoria ventaja de la localía y el hambre que supone la enorme posibilidad de conquistar por primera vez el torneo delante de su propio público, pero la vocación albiceleste en este punto no es menor. Por lo tanto, hay una pequeña ventaja nacional en el rubro.
2 Lionel Messi. A esta final la jerarquiza, especialmente, la presencia del futbolista más eximio del planeta. Y seguramente será condicionada por su desempeño. Convirtió un solo gol, de penal, en todo el torneo, cuenta con todos los boletos para destaparse en esta ocasión magna. Por otra parte, ante Paraguay se involucró de una manera u otra en los seis tantos, aunque no diera el toque final, y una actuación similar bastaría para desnivelar. Ante Paraguay jugó por detrás de Pastore, lo que dio excelentes resultados. Está ansioso por llevarse este título. Puede ser protagonista de uno de los encuentros más fabulosos de su ya larga campaña en la Selección. ¿Le pondrán a Medel como estampilla para intentar anularlo? ¿Les alcanzará?
3 Alexis Sánchez. El Niño Maravilla faltó a la cita en lo que va de la Copa. Es uno de los grandes tópicos de discusión en todas las regiones trasandinas. Si hace el clic para este partido, puede aportarle un indudable grado de influencia a la voluntad de triunfo chilena. Está en deuda con su afición y lo sabe, pero está por verse si puede abonarla mañana y sin plan de pago. Argentina no le destinará una atención especializada, ¿sabrá aprovecharlo? Arturo Vidal va a resultar un dolor de cabeza para los jugadores argentinos, pero él solo no puede ganar el partido. Precisa de Alexis. Ayer descartó que estuviera lesionado: se embarca en uno de los grandes compromisos de su carrera.
4 El duelo de laterales. Zabaleta y Rojo de un lado, Isla y Mena o Beausejour (tiene que decidirlo Sampaoli) del otro. Ambos equipos utilizan a sus laterales como arietes, para presionar la salida del rival tanto como para abrir la cancha en ataque. Es probable que choquen el sábado unos contra otros. Jugarán un partido aparte y del control de las subidas rivales puede depender la inclinación de la balanza del partido.
5 La eficacia argentina. Parece un tema del pasado, pero es necesario revisarlo. La Selección marcó cuatro goles en cuatro partidos y seis en el quinto. No es buen dato si fue apenas una cuestión de fortuna lo que sucedió contra Paraguay. Por lo que se supone será el trámite del partido, eléctrico y excitante, se necesitará un alto grado de efectividad para ganarlo. Pastore no estuvo muy preciso ante los paraguayos, pero Agüero es una carta de gol valiosísima.
6 Las defensas. Lo admiten todas las cátedras. Son lo peor que ambos equipos poseen. A Sampaoli nunca le termina de gustar la que arma y la salida de Jara del torneo lo complicó más todavía. Hay que repasar el partido que México le empató en la zona de grupos para ver con qué poco se la puede complicar. Martino puede sentir, por otro lado, la posible ausencia de Garay: la dupla Demichelis-Otamendi pasó zozobras contra Paraguay. Valdivia ha sido uno de los valores más exquisitos de Chile a lo largo de la Copa y puede hacerlos transpirar.
7 La posición de Mascherano. Será clave el espacio en el que se pare: si se instala entre ambos centrales –en la zona que ocupa en la zaga del Barcelona– para no dejar huecos o si patrulla más adelante, para impedir que Aránguiz o Vidal se muevan cómodos a las espaldas de la línea de volantes y auxiliar a Biglia en esa tarea. Tendrá que ir reaccionando atento a la dinámica del partido, algo que sabe hacer perfectamente con su impecable lectura de juego.
8 El flanco izquierdo. Por allí se juntarán Isla, Vidal (aunque se mueva por todo el campo) y Vargas, el héroe de la semifinal ante Perú, para acercarse al área argentina. Rojo precisará colaboración si, como se supone, Martino le permite a Pastore jugar más suelto arriba. Por ese lado puede provocar Chile el desequilibrio.
9 La concentración. Esta final supone el choque de dos equipos con ataques muy agresivos. Un golpe afortunado, un gol en el momento justo, puede resultar lapidario. El grado de atención a los detalles, especialmente de los arqueros (Romero pareció algo desatento en el único gol de Paraguay, el martes) y los defensores, influirá en el desarrollo. Por otro lado, es improbable que el trámite vaya a cerrarse mucho antes de los 90 minutos, dadas las características de ambos finalistas. No hay que esperar una gran diferencia en el resultado parcial. Otra razón para estar despierto: en ese caso, siempre se podrá reaccionar. Los dos cuentan con jugadores para ello, pero, como se asegura en la primera clave, la Argentina está un escalón por encima en ese rubro. Es menos tierno también a la hora de las definiciones.
10 El árbitro. El colombiano Wilmar Roldán ya es un veterano de estas contiendas, lo que quiere decir precisamente eso: no es bueno el nivel del arbitraje en esta Copa. Debutó regalándole un penal a la Argentina contra Paraguay. Se “comió” luego lo que pudo haber sido la expulsión del arquero peruano Hugo Gallese en un momento crucial del partido con Bolivia. Difícil creer que estará influido por el clima –que va a ser explosivo– pero, como ley del partido, no será garantía absoluta.
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